Adiós a edecanes en CDMX: ¿Y en el EdoMéx pa’ cuándo?
*Luis Durán*

El Gobierno de la Ciudad de México ya no prescindirá de edecanes o promotoras en eventos protocolarios, así lo dio a conocer el actual jefe de gobierno de la CDMX, José Ramón Amieva; preguntándonos, hasta cuándo los legisladores del EdoMéx seguirán ocupando modelos para que les sirvan café, agua o galletas.
La medida, que fue implementada la primera semana de agosto, pretende dejar de lado el utilizar a figuras femeninas, con físicos despampanantes y de resaltada belleza, para brindarles “todo tipo de atenciones” a los diputados y senadores; esto como parte de una agenda administrativa más incluyente, porque la mujer tiene un potencial igual o superior al hombre, según Amieva.
Pero, en el mundo donde los paraísos fiscales son diez veces mejores que los naturales, esta medida genera diversos puntos de vista; la iniciativa, que trata de excluir los estereotipos machistas sobre este tipo de actividades, para algunas mujeres inmersas en estas labores no les resultaba tan ofensivo o no estaba del todo mal.
Pintemos un pequeño panorama, una enfermera del ISSEMyM, que ahora tendrá inconvenientes a la hora de jubilarse por la nueva ley, gana en promedio de 11 mil a 14 mil pesos mensuales, una edecán/promotora de la Cámara de Diputados tiene ingresos que van de los 13 mil hasta los 29 mil, según cifras del Universal; además de estar registradas en las nóminas como “asistentes de eventos” o “supervisoras de servicios” y no como edecanes o promotoras.
Sí, sabemos que una enfermera y una ‘asistente de eventos’ en algunas ocasiones enfrentan jornadas laborales de más de 12 horas; sin embargo, no realizan las mismas tareas, ya que, mientras unas toman signos vitales, muestras de sangre, acerca mingitorios a pacientes, las otras, bueno, ofrecen todo tipo de bebidas y snacks a los ‘semidioses del olimpo’ (legisladores).
No obstante, no todo es miel sobre hojuelas en el mundo de las pasarelas burocráticas, ya que la mayoría de las damas que ofrecen este tipo de servicios se enfrentan a un mundo lleno de acosos, ofensas y una inmensidad gama de insinuaciones por parte de nuestros bien educados políticos mexicanos.
Para muestra un botón, en 2014, el titular del PRI en la CDMX, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, fue acusado por estar vinculado con una red de prostitución, la cual reclutaba mujeres de 18 a 32 años y que eran utilizadas en los eventos de gobierno para satisfacer sexualmente al burócrata que lo necesitara -claro, todo era dentro de horarios de oficina y maquillado bajo la norma ‘si tú no quieres, pues pide más dinero’-.
Pese a este escándalo, que irónicamente estaba sustentado económicamente por la Secretaría de Finanzas del PRI, a cargo de un tal Roberto Zamora Pineda, el gobierno hizo caso omiso y continúo requiriendo de estos “servicios” para las sesiones en San Lázaro y todo el país; mientras que Martha Lucía Micher, en ese momento titular de la Comisión de Igualdad de Género, denunciaba el acoso que vivían las promotoras, donde se acusó a Francisco Arroyo (PRI) y Ricardo Anaya -sí, el que pudo ser nuestro presidente- de ejercer acoso laboral y sexual a una de las chicas de aquella legislatura.
Bajo la misma línea, en 2015, se reveló que la Cámara de Diputados de la capital mexicana cubría un gasto de 1.5 millones de pesos anuales en estos servicios, ya que reportaba siete edecanes con un sueldo entre los 13 y 17 mil pesos mensuales y una más, “coordinadora de servicios de edecanía”, con un ingreso al mes de casi 25 mil.
Fue hasta la mitad de 2018 y con la presión del nuevo cambio de administración, a cargo Andrés Manuel López Obrador y su propuesta de austeridad, que se decidió, sólo en la CDMX, dejar de requerir de los servicios de edecanes y promotoras en eventos de gobierno; blindando el despido de éstas con el cambio de función, en aras de un desarrollo personal de las modelos, ya que AMLO amenazó en recortar todo gasto inservible del gobierno, como lo es este tipo de trabajo.
Si bien, no se está en contra de ese tipo de servicios, y aunque muchas podrán justificarlo por la remuneración económica que representa, no deja de ser una labor denigrante, en cuanto al rol y capacidades; algo por lo cual muchas mujeres en todo el mundo han peleado -ahora, si con la equidad se va a contratar la misma cantidad edecanes hombres que de mujeres, todo estaría bien, pero sabemos que no funciona así-.
La medida es de aplaudirse, pese al trasfondo que se tenga, si sea para proteger o no a estas féminas de un despido más que justificado; lo que nos queda esperar es que la iniciativa llegue a toda la nación, y en especial al EdoMéx, donde las autoridades tanto se han comprometido con la mujer mexiquense.
