Ambulantes, dueños de la zona de la Terminal
*Melchor García*
Caminar por la zona del Mercado Juárez-Terminal de Autobuses de la capital mexiquense, se ha convertido en un peligro, luego de que comerciantes ambulantes tienen tomadas prácticamente la totalidad las banquetas, escenario perfecto para que los amantes de lo ajeno operen con tranquilidad y sin distingo.
De acuerdo con comerciantes establecidos y vecinos de la zona, los vendedores informales generan competencia desleal, problemas de salud pública e inseguridad, por lo que urge que sean retirados.
Denuncian que la situación es el reflejo del nulo manejo que hay por parte del gobierno municipal con los comerciantes ambulantes, toda vez que los incidentes “delicados” que se han reportado en la zona de la Terminal-Mercado Juárez, en donde hay un repunte en delincuencia y prostitución, en la mayoría están relacionados a este comercio.
“Vendedores de artículos electrónicos, ropa, incluso comida, tienen secuestradas las aceras, luego eso hace que se vea mucha gente y sí te sacan la cartera mientras caminas, te arrancan la bolsa, ni cuenta te das. Esto ya lo hemos denunciado varias veces, pero no nos hacen caso, ya no sabemos qué más podemos hacer, más que pedirle a la gente que viene aquí que no les compre y que anden con cuidado, pues los carteristas están a la orden del día”, comentó una de las locatarias.
Los inconformes afirmaron que de repente se ve mucha seguridad en la zona, y son los días en los que los delitos bajan, pero tan sólo se quitan los policías y los amantes de lo ajeno vuelven a hacerlos sus clientes.
“Se baja (la incidencia delictiva) los días que están los policías haciendo operativo, yo me imagino que los ladrones se van a otro lados, pero nada más se van los elementos y luego luego vuelven a las andadas aquí. En la zona, desde el mercado Juárez hasta el parque te roban, no te das cuenta, te sacan la cartera, uno ya pasa por aquí con miedo”, comentaron.
Por lo anterior, exigieron al alcalde que se hagan operativos más intensos, además de que se mantengan, de manera permanente, a los policías municipales, para que así puedan detener a los ladrones en flagrancia, ya que muchas de las víctimas no denuncian por desconfianza y creer que sólo es una pérdida de tiempo.
