miércoles, abril 24, 2024
Opinión

Caída Libre

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*Víctor Yáñez*

Foto: Especial.

Los liderazgos regionales en el olvido

En la rebatinga por el poder político no se toman en cuenta a los liderazgos reales, esos que hacen que los partidos subsistan y puedan reponerse de la adversidad. Por eso, cuando la derrota se presenta, esas son aplastantes.

Ya lo han señalado en algunos episodios actores políticos. Las victorias no son permanentes y las derrotas no son para siempre.

Pero una vez más que nos encontramos en la antesala de la sucesión por la gubernatura, hay quienes alcanza la liebre sin corretearla y quienes la corretean y nunca la alcanzan.

Una vez ya lo refirió Eruviel Ávila Villegas, que Mario Santana Carbajal es toda una leyenda por sus resultados en las elecciones tanto municipales como estatales. Verdaderamente, el hoy diputado local por el distrito X, en su tercera incursión al Congreso local, es una máquina de producir votos. Pero pocos lo saben, o quizás sí lo saben, pero no lo reconocen.

Mario Santana ha sido alcalde en cuatro ocasiones -1997-2000. 2009-2012, 2015-2018 y resulta reelecto para el periodo 2019-2021; además, ha sido diputado local en el 2000-2003, en 2006-2009 y 2021-2024, y ha sido factor fundamental en los comicios para la renovación de la gubernatura en 2017.

En 1999, Arturo Montiel le reconoció la aportación de Villa Victoria para ganar los comicios; en 2005, Mario Santana, vuelve a hacer de las suyas, al lograr el primer lugar en votación en los comicios donde ganó Enrique Peña Nieto la gubernatura, y hace la misma hazaña en 2011 con Eruviel Ávila, quien le reconoce su aportación, porque en esa elección, el priismo logró en el Estado de México más de 3 millones de votos.

Con Alfredo del Mazo Maza, Mario Santana apuntaló al priismo de la zona sur del Estado de México y obtuvo el primer lugar en votos para la elección a gobernador, por ciento, fue una de las elecciones más cerradas entre el PRI y Morena, donde la diferencia de votos para elegir gobernador en 2017 fue tan solo de 200 mil votos.

Por eso, decíamos al principio, que hay quienes sin corretear la liebre la alcanzan y, otros, se pasan la vida correteándola y nunca lo logran. Son casos para análisis, porque es lo que verdaderamente les da esencia a los partidos políticos, llámese Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática o Morena, en todos son las mismas prácticas.

Siempre hacen de lado a quienes producen votos y no les reconocen el esfuerzo que hacen para su partido, que si bien ganan el espacio electoral por el que contienden, pero se convierten en factor de sumatoria final, para que el partido político siga su lucha sin perder su registro, como ha sucedido en los últimos tiempos, donde algunas organizaciones políticas se han quedado sin registro en sus estados.

Hablar de Mario Santana, por citar un ejemplo, es hablar de cientos de políticos que se han quedado en la raya. Que no se les da la importancia que se debe. Hay, sin duda, casos claros como el de Villa Victoria o de Metepec, por citar uno más, con Ana Lilia Herrera, bueno, pero en el caso con ella, que es harina de otro costal, también le ha “macheteado” a más no poder y todo vislumbra que si el candidato del PRI o de la alianza con PAN y PRD es mujer, las señales no son para la hoy diputada federal, sino que las baterías están apuntando para otro lado.

En síntesis, hay que voltear la mirada al caso de Hidalgo. Y hay quienes preguntarán qué tiene que ver Hidalgo con el Estado de México. Mucho, porque si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar, dice el viejo adagio.

Ahí, el priismo nacional, local y estatal hicieron oídos sordos a la militancia, a los líderes regionales y llevó a Julio Menchaca a tomar un camino diferente y “enterrar” 35 años de militancia priista para insertarse en la base de Morena, para robustecer el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, que hoy, con 4 años en el poder, tiene en la bolsa 22 gubernatura en el país.

Quizás para muchos, Hidalgo no es el Estado de México, pero sí hay en el Estado de México, muchos Julios Menchaca que han pensado en irse a otros partidos, incluido Morena, porque en el PRI, no hay apertura. Tiempo al tiempo.

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