miércoles, enero 15, 2025
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CON TELEVISA YA NO #VibraMéxico

Por Raúl Río Valle

http://vibramexico.com.mx/post/156637763193/m%C3%A9xico-vibra

La marcha #VibraMéxico del domingo pasado fue pensada, convocada y promovida desde Televisa, en un programa desde donde cotidianamente opinan y tratan de orientar al público televidente los intelectuales orgánicos del neoliberalismo como Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda. Empresarios afines a Televisa y al salinismo como Claudio X. González también fueron convocantes, al igual que el rector de la UNAM Enrique Graue, Isabel Miranda de Wallace y más de 80 organizaciones.

Fue diseñada para manifestarse contra Donald Trump y fortalecer la endeble posición de Enrique Peña en las “negociaciones” de México ante el gobierno de Estados Unidos, que en la persona de Trump va vapuleando ferozmente al fallido gobierno peñista. En sus dos objetivos estuvo su primera división. La mayoría quería centrar la protesta en contra de Trump y apoyar tangencialmente a Peña, otros como la señora Miranda de Wallace sentían la necesidad de apoyar abiertamente a Peña.

Ya movilizados los contingentes de las derechas eran pocos y divididos. Lo cual hizo más grande el fracaso de la marcha fragmentada en #VibraMéxico únicamente en contra de Trump y #MexicanosUnidos exclusivamente a favor de Peña.

Ambas fracciones al final fueron rebasadas por contingentes realmente independientes, que se manifestaron unidos contra Trump, sí, pero principalmente unidos en contra de Peña. Trump, decían, es un problema, no queremos su Muro, pero nuestro principal problema es Peña que ha devastado a México, gritaban de mil maneras diferentes.

Estos independientes presionaron a la señora de Wallace a huir de la marcha por su insistente apoyo a Peña. Mientras el contingente que promovió Televisa y medios afines como Radio Formula se desdibujaba. Lo único que pudieron evitar es que la marcha se enfilara hacia el Zócalo como ya comenzaban a gritar los independientes.

La marcha fue un patético fracaso para los organizadores. Pero Miguel Ángel Mancera, generoso como es con la derecha, dictaminó que los marchistas fueron 20 mil, las fotos aéreas dicen que ni a eso llegaron. De las tres fracciones que se integraron los ¡viva peña! de la señora Wallace fueron insignificantes, algo sonaron los ¡muera Trump! Y definitivamente se impusieron los ¡fuera Peña!

De poco sirvió que Televisa y medios afines promovieran la marcha #VibráMéxico como “apartidista”, nadie les creyó. Ni que Enrique Krauze perdiera el porte y la urbanidad desde su cuenta en Twitter, llamando cobardes a quienes no fueran a su marcha y sumarse a su protesta. Krauze quería derrotar a tuitazos a Trump y llevar agua a su molino.

También esa batalla la perdieron. De las 300 mil ocasiones que se mencionó #VibraMéxico en Twitter durante la semana pasada. Casi 80% de los mensajes fueron de rechazo a dicha convocatoria.

Las revistas Letras Libres y Nexos hermanadas se olvidaron ya de las apariencias, están volcadas en defender el salinista Tratado de Libre Comercio. Su discurso ya es rancio y sus propuestas obsoletas. Krauze y Aguilar Camín ya olfateaban el fracaso, por eso endurecían sus posiciones y el domingo en la marcha enlazaron sus brazos, igual que desde 1988 se subieron al barco salinista para dar la batalla cultural y hacer hegemónico el “pensamiento” neoliberal.

Televisa, Letras Libres y Nexos formaron el ejercito que dio la batalla ideológica para imponer las políticas neoliberales del salinato. A través de la pomada mágica que combinaba individualismo, privatización, negocios y corrupción que hoy ya se agotó. Fueron las empresas culturales que fabricaron el consenso neoliberal, las encargadas de generar el consentimiento social, las generadoras del sentido común que hacía ver al neoliberalismo como el único camino.

La fallida marcha #VibraMéxico es otra señal de que el consenso neoliberal ha llegado a su fin. Y que sus empresas culturales están, literalmente, en quiebra. Que un nuevo paradigma económico y social está en construcción. Qué estamos siendo testigos del fin del antiguo régimen y el nacimiento de uno nuevo.

Para Lorenzo Meyer, el intelectual progresista que más claridad tiene de este proceso en curso, la sociedad mexicana está dividida y el gobierno de Peña no cuenta con la solvencia moral necesaria para encabezar protestas contra Trump por su inmensa debilidad. Dice Meyer que “Con instituciones débiles llamar a la unidad es inútil”, que para resolver nuestros problemas externos primero debemos resolver los internos. Para él también Peña es el problema, no la solución.

La escasa y casi nula capacidad de movilización de los convocantes deja claro que su proyecto político se agotó. Que es urgente articular un proyecto alterno, que también viene ya caminando y va agarrando vuelo.

Una nueva disputa por la nación está en marcha, de eso trata la lucha política durante 2017 y 2018. Y puede ser que la circunstancia este entregando a los mexiquenses la gran oportunidad de que sea en éstas tierras donde inicie la gran transformación política que México necesita. La cual puede comenzar éste año en el Estado de México, concretamente el 4 de junio. Una insurgencia cívica puede irrumpir con impaciencia y con orden, pero con mucha decisión.

Nunca como hoy existió la posibilidad de que el PRI pierda su gran bastión mexiquense. Nunca habían estado tan confundidos y a la deriva. Quieren sacar fuerza de voluntad, pero tal vez la ciudadanía ya les quiera organizar, políticamente, sus pompas fúnebres. Si ya no llenan calles, muy posiblemente tampoco las urnas.

Por lo pronto ya se sabe que la batalla electoral va a tercios. Y la derecha va a intentar maniobrar y unir a dos contra uno, contra su adversario de la izquierda. Pero si Krauze y Aguilar Camín fracasaron en su intento de unir a favor de Peña, posiblemente el PAN y el PRI sean incapaces de unir a favor de la derecha mexiquense a un electorado francamente encabritado y ansioso ya de cambiar verdaderamente.  ¿Por quién doblan las campanas?

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