jueves, abril 25, 2024
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En Santa Ana Jilotzingo colorean la patria desde hace más de 30 años

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*José Ángel Gutiérrez*

En este barrio afincado en la serranía de Otzolotepec, fabricantes presumen la calidad de sus banderas y diversos ornamentos tricolores para los festejos del mes patrio, con garantía de calidad y precio que trascienden a otras latitudes. Foto: José Ángel Gutiérrez.

A través del verde, blanco y rojo, Santa Ana Jilotzingo colorea la patria. En esta localidad de raíces otomíes, apostada en la serranía del municipio de Otzolotepec, productores distribuyen en todo el país las banderas y ornamentos que elaboran desde hace más de 30 años.

“Ya son muchos años de producir artículos para celebrar el mes patrio. Imagínese, tengo 30 y antes de que yo naciera mis papás ya elaboraban todo esto que ve aquí.”, señala Anayeli Valencia José a Diario Evolución, mientras muestra una amplia variedad de artículos.

Lo significativo del sitio es la bandera de México, en todas sus presentaciones, desde la grande hasta una pequeña, con chupón para colocar en el automóvil, aunque a la fecha han surgido artículos novedosos, como las “ruidosas” vuvuzelas para animar la porra.

“El proceso de una bandera empieza desde cortar la tela, de acuerdo a la medida; de ahí se hace el estampado del escudo y luego se unen a máquina los tres colores, y por último se coloca el soporte.”, añade la productora.

Se pueden encontrar tambores, medallones, rehiletes, chalinas, bazucas, flautas, espumas, caballos de palo, rifles de madera, sombreros, festón, diademas, moños, corbatines, colgantes para auto, pulseras, aretes, collares e incluso vestidos para dama.

“Por ejemplo, para hacer un tambor se mandan a fabricar los aros con inyectora, posteriormente se corta la lámina a la medida, se hace su soldadura y forro con papel tricolor, para después hacer el embotado (unión) y por último enjaretar, y ya queda listo.”, explica Anayeli.

Foto: José Ángel Gutiérrez.

La confección de lábaros patrios y demás adornos se realiza todo el año en los talleres, aunque en agosto y septiembre tiene su zenit, en una labor que trasciende por más de 30 años, incluso a través de generaciones en algunas de las familias.

Candy Gutiérrez Ávila, otra de las productoras de Jilotzingo, también presume la producción de artículos patrios y defiende la calidad de lo hecho en México, en especial porque la introducción de mercancía china se interpone en el camino.

La producción, añade Gutiérrez, tiene destino en Colima, Coahuila, Sinaloa, Baja California, Tamaulipas, Veracruz, Jalisco, Hidalgo y Puebla, por citar algunas entidades, cuyos consumidores conocen la calidad de producción de este poblado.

Gran parte de los pobladores está ofertando sus artículos en diversas ciudades, mientras que, quienes se quedaron en “Jilo”, exhortan a la población a adquirir los ornamentos, con garantía de calidad y precios accesibles para festejar la Independencia de México.

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