jueves, abril 18, 2024
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Engorroso y latosos arreglos de calles solicitadas al ayuntamiento

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*Melchor García*

Foto ilustrativa.

Habitantes del valle de Toluca prefieren no pedir permiso a los ayuntamientos correspondientes para remodelar la fachada, losa, banqueta o interiores de su casa-habitación, debido a la burocracia, ya que, desde el inicio del trámite, puede dilatar hasta dos semanas.

Miguel Espinoza, vecino de la colonia Izcalli Toluca, relata para Diario Evolución su intento por arreglar su banqueta, misma que estaba fisurada y daba una mala imagen a la fachada de su casa, así que tomó por cuenta propia la remodelación.

Primero fue aconsejado por sus familiares para que solicitara la remodelación directa en las oficinas del Ayuntamiento de Toluca, donde le tomaron sus datos y le dijeron que atenderían su demanda, pero esto no ocurrió. Cansado de la mala imagen, decidió hacer la reparación y hacerse cargo de los gastos.

Pero nuevamente le aconsejaron pedir el permiso correspondiente, así que acudió a las oficinas ubicadas en la Plaza Fray Andrés de Castro pidió una Solicitud de Permiso Temporal para Obstrucción de Vía Pública donde le solicitaron datos básicos como nombre, dirección, descripción de lo que deseaba realizar y un croquis, a esta forma debía adjuntar un par de imágenes en las que se pudiera observar el lugar donde se realizaría la obra.

El conflicto burocrático inició cuando le solicitaron la licencia de construcción, que es una autorización legal que acredita que existen las condiciones de seguridad necesarias para iniciar una obra. A lo anterior se agregó que el municipio no se hace responsable del escombro que se saque por demoler la banqueta.

Después de cumplir con los requisitos anteriores, Miguel debía esperar un plazo de 10 días hábiles para recibir respuesta de su trámite, el cual sólo le daría autorización en el lapso de 5 días, durante los que debería encontrar un albañil, comprar el material y terminar la remodelación. Ante las trabas, tomó la decisión de hacer las cosas por cuenta propia y en un fin de semana quedó lista su remodelación.

“Intenté… por mí no queda, pedí permiso en el trabajo para hacer los trámites, busqué los papeles que me pedían, pero encima de eso tenía que pagar el permiso, el camión que se llevara el escombro, el material y demás gastos que surgieran… y no es sólo un beneficio para mí, sino para todas las personas que pasan por esta calle, muchas se tienen que bajar de la banqueta para no torcerse un  pie; mejor lo soluciono ya y ya se terminó el problema”, dijo.

En total invirtió 5 mil 500 pesos, más su tiempo, por un servició que debió proporcionarle el municipio.

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