viernes, abril 19, 2024
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Fracasan políticas de población contra el embarazo adolescente

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*Melchor García*

Foto ilustrativa.

Deserción escolar, rezago, exclusión e incluso estigmatización, es lo que viven las mujeres que experimentan un embarazo adolescente, sector que, a diferencia de otras mujeres, será señalado este este 10 de mayo, día de las madres.

De acuerdo con Rosa Patricia Román Reyes, profesora investigadora del Centro de investigación y Estudios en Movilidades y Migraciones de la UAEM, en nuestro país hasta el 80 por ciento de los jóvenes que no estudian y no trabajan son mujeres quienes en edades tempranas lo que hacen es cuidar a niños, en este caso a sus hijos.

“Prácticamente en toda América latina se está retrasando la edad del primer hijo, en México no ocurre, dado que el embarazo adolescente, mal llamado adolescente, en realidad debería ser embarazo no planeado, todavía tiene una incidencia muy fuerte, el embarazo tardío no es una realidad en nuestro país y tiene que ver con lo que para la mujer significa tener o no tener hijos”.

Destacó datos del último estudio de la UAEM, referente a conductas sexuales de los jóvenes, el cual reveló que el promedio de edad del primer contacto es entre los 16 y los 18 años, momento en el que se embarazan porque siete de cada 10 reconoce que no utiliza ningún tipo de protección en su primer encuentro sexual.

“Las mujeres están diciendo que no planean el embarazo y al mismo tiempo no utilizan un método, hay una especie de discordancia en lo que ocurre”.

En este sentido, señala, como el gran detonante de estos casos es el fracaso de la política de población, la cual sigue atendiendo los encuentros sexuales de las personas con un único objetivo reproductivo.

“Más que han fallado, México no tiene política de población, México fue el primer país de América latina en tener una política de población en 1973 y nunca hizo más, no ha tenido programas, políticas encaminadas a la disminución de la fecundidad”, dijo expresa.

Con ello lamenta que no hay una política de población que logre integrar todos los elementos desde una nueva perspectiva de género, es decir, derechos sexuales con una visión integral del siglo XXI.

“No hay ni voluntad política, ni interés político, ni capacidad cultural para entender, no hay forma que esto cambie”.

Reprocha que, en el caso de nuestro país, hay un aliento silencioso al embarazo adolescente, desde los programas de asistencia social para todas las féminas en estos casos e incluso en el núcleo familiar una mujer que se convierte en madre siempre es celebrada por preceptos de corte patriarcal.

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