jueves, marzo 28, 2024
Opinión

Los cuatro magníficos de toda sociedad moderna

*Aarón Dávila*

Foto: Ilustrativa.

Son cuatro los valores que interpretan probablemente el papel principal en la historia de la vida en sociedad: prudencia, justicia, juicio y equidad.

El sabio Salomón decía, allá en el libro de los Proverbios, que los proverbios que escribía eran de particular importancia en la tarea de lograr adquirir sabiduría y doctrina, dos valores importantes que median el ejercicio social de los seres humanos.

Ahora, yendo un poco más lejos, añade que para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia juicio y equidad.

Quiero detenerme un momento aquí, si así me lo permiten, para reflexionar un poco alrededor de estos cuatro últimos; prudencia, justicia, juicio y equidad, cuatro valores, cuatro grandes magníficos de toda sociedad moderna.

En primer lugar prudencia, Filomena Roque, en su columna “El valor de la prudencia”, comenta lo siguiente y lo comparto: La prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela, respetando los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas, pero también es la cualidad de comunicarse con un lenguaje claro, cuidadoso y acertado, con sensatez, con moderación y reflexión.

La prudencia se encuentra asociada con la sabiduría, como la comprensión de los eventos adversos, de los cuales nadie está exento de padecer en el transcurrir de la existencia humana y que requiere de la sensibilidad y acompañamiento de sus congéneres antes que justificar posibles causas que nada resuelven ni ayudan.

La falta de prudencia hace que emitamos informaciones y comentarios no pedidos, que debían guardarse con suma discreción y que por no seguir normas de solidario entendimiento le damos rienda suelta a nuestros impulsos sin evaluar sus consecuencias, donde no solamente se ve afectada la imagen de quien habla sin precaución ni mesura, sino que se hiere el sentimiento de quienes sufren el rigor de una determinada calamidad.

La prudencia nos invita a hacer uso de dos herramientas muy importantes: criterio y sentido común, donde el primero define en la toma de decisiones; por ejemplo, cuál es el camino por seguir al encontrar una bifurcación en el camino, y el segundo (sentido común) aporta el ¿por qué? Esa es la mejor opción. Fuente: El heraldo.com

En segundo lugar, hablemos de la justicia como valor, es el principio moral de cada individuo, que decide vivir dando a cada uno lo que le corresponde o pertenece. La justicia forma parte de los valores sociales, morales y democráticos, de allí deriva su importancia.

La justicia es una virtud que todos los individuos deben poner en práctica de manera coherente y en busca tanto del bien propio como de la sociedad.

Platón decía que el individuo debía salir de la oscuridad, de la caverna del desconocimiento, ya que la persona se hace justa en la misma medida en que posee conocimiento.

En este sentido, el individuo que tenga mayor conocimiento puede ser más justo, lo que traduce la idea de que los gobernantes deben tener amplios conocimientos para saber gobernar y para realmente hacer justicia.

El filósofo Aristóteles definía justicia como dar a cada ciudadano lo que le corresponde, según sus necesidades y aportes en la sociedad.

Mientras que para Kant la justicia de un Estado debe velar por tres principios fundamentales, que son la libertad de los individuos, la igualdad entre ellos y la independencia de cada miembro de una comunidad.

Por su parte, Kelsen indicaba que la justicia es un derecho natural que prevalece sobre el derecho positivo, ya que, si va en contra de los derechos fundamentales del ser humano, no se puede hablar de justicia. Fuente: significados.com

En tercer lugar, juicio, sinónimo de cordura, discernimiento y sensatez; juicio, que proviene del latín iudicium, tiene diversos usos, se trata, por ejemplo, de la facultad del alma que permite distinguir entre el bien y el mal o entre lo verdadero y lo falso. El juicio es, por otra parte, una opinión, un dictamen o un parecer.

El juicio, según Aristóteles, está formado por un sujeto (el concepto de objeto del juicio), un predicado (el concepto que se aplica al sujeto) y la cópula (lo que estable si lo pensado es propio o no del objeto del juicio).

“El ser humano es soberbio”, es un ejemplo de juicio, donde “ser humano” es el sujeto, “soberbio” es el predicado y “es” es la cópula.

“A mi juicio, estás actuando de manera equivocada”, por otra parte, muestra cómo puede utilizarse el término en una oración.

El juicio también está vinculado a la justicia, ya que es una controversia jurídica entre partes que se someten a un tribunal; el juicio supone que hay una sustentación de derechos o intereses que se contraponen a lo defendido por la parte contraria.

El ser humano impuso sus propias reglas por encima de las del resto de los seres vivos, hiriendo sin ser herido, exigiendo sin aceptar demandas, pero nuestra característica más sobresaliente, y penosa, no es el daño que causamos a las demás especies, sino a nosotros mismos. Fuente: definición.de

En cuarto lugar y, por último, hablemos de equidad: El término equidad puede definirse, según el Diccionario de la lengua española, como: cualidad que mueve a dar a cada uno lo que merece sin exceder o disminuir. Justicia, imparcialidad en un trato o un reparto. Tratar a todos por igual respetando y teniendo en cuenta sus diferencias y cualidades.

La palabra equidad proviene del latín aequĭtas, este término se encuentra asociado a los valores de igualdad y de justicia.

La equidad intenta promover la igualdad, más allá de las diferencias en el sexo, la cultura, los sectores económicos a los que se pertenece, etc. Es por ello por lo que suele ser relacionado con la justicia social, ya que defiende las mismas condiciones y oportunidades para todas las personas, sin distinción, solo adaptándose en los casos particulares.

Es decir que para que la equidad sea real no puede ser aplicada la norma en general a todos los individuos, sino que deben ser acatadas ciertas excepciones para cada caso particular; además, cada persona debe ser capaz de hacer valer sus derechos, sin importar de donde provenga. Fuente: concepto.de

Prudencia, justicia, juicio y equidad. ¿Será que cómo individuos integrantes de una sociedad podamos darnos el lujo de vivir sin estos cuatro grandes valores?

De ninguna manera y permítanme decir con gran pesar que muchas naciones son gobernadas por individuos que con gran descaro pretenden gobernar ignorando estos cuatro valores, peor aun cuando descubrimos que muchas familias núcleo de toda sociedad, pretenden vivir a distancia de estos valores primos de toda sociedad que se precie moderna y actual.

Salomón declaro la valía de estos valores, agregando además que la práctica de cada uno de estos nos permite vivir la tan deseada paz, así como la libertad.

Como seres humanos e individuos integrantes de una sociedad merecemos vivir en equilibrio y tranquilidad, tenemos los medios necesarios para lograrlo, busquemos la sabiduría y el consejo prudente, aprendamos a escuchar a los demás y a no pensar sólo en nuestro bien personal, siempre actuando por un bien común, con sencillez de corazón, seguramente entonces tendremos tiempos mejores, tiempos de amor y de concordia.

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