Pasen el PAC: Morena termina con programa emblemático del PRI

*Luis Durán*

La LX Legislatura del Estado de México decidió, bajo el yugo mayoritario del grupo parlamentario de Morena, en su búsqueda de llevar a cabo su plan de austeridad, la eliminación del Programa de Apoyo a la Comunidad (PAC), el cual representaba un gasto de más de 187 millones de pesos por trienio.

La Junta de Coordinación Política votó para suprimir dicho gasto y reasignarlo al Paquete Fiscal 2019, donde se prevé que este dinero cuente con un mejor manejo y transparencia, que estaba destinado para que los diputados distritales cubrieran gastos y necesidades de los 125 municipios de la entidad mexiquense.

Sin embargo, y por increíble que parezca -aunque es burocracia mexicana y ya nada nos sorprende-, los 2.5 millones de pesos anuales del PAC por diputado, que dividido hubiera quedado repartido en 95 millones para Morena, 30 para el PRI, 27.5 PT, 25 PES, 17.5 PAN y 5 para PRD y PVEM, no contaba con normativas o disposiciones legales para comprobar su gasto.

Sí, el PAC, que tanto intentó defender el titular del Revolucionario Institucional en el estado, Miguel Sámano Peralta, puesto representaba un ingreso de más de 208 mil 330 pesos al mes para cada diputado, era otra entrada económica más para los legisladores; ya que, sin la necesidad de declararlo, se prestaba para que entrara directo a sus bolsillos y de la manera más “legal” posible.

Por ello, según algunos reportes, algunas legislaturas mexiquenses llegaron a registrar hasta 562.5 millones de pesos en el Programa de Apoyo a la Comunidad, lo cual nunca se vio reflejado en mejoras para la ciudadanía; aparte, dicha iniciativa solamente se implementa en el EdoMéx, además de contar con el mayor número de representantes populares de todo el país, con 75.

Asimismo, el PAC fue creado, nada más y nada menos, por el gobernador Carlos Hank González (1969-1975), hace más de 40 años -quizá ahora entendamos por qué era tan defendido por el priismo-, quien decidió que el Poder Ejecutivo destinara recursos para los diputados locales y que éstos lo invirtieran en sus correspondientes distritos cuando tuvieran periodos de recesos.

Hasta aquí, el chiste se cuenta solo, y aunque la eliminación del programa pasó con mayoría, bajo la encomienda de direccionar el recurso y determinar su fiscalización, se basó en la estructura de la mayoría de decisiones que, hasta ahora, ha tomado Morena en todo el país -primero pegan y luego piden disculpas-.

Nadie sabe con exactitud a dónde irán a parar los 187 millones de pesos que se sumarán al paquete económico a cargo de la Secretaría de Finanzas, y con la posibilidad de que, en su intento de “transparentar” la forma de gastarlo, se pierda a la hora de implementarlo, o simplemente los morenistas se arrepientan y sólo le cambien el nombre para volverlo a efectuar.

Como lo que pasó en el Senado de la República con la reducción salarial, que tanto pregonaron durante su campaña electoral; ya que el presidente de la Cámara de Diputados de la CDMX, Mario Delgado Carrillo, tuvo el descaro de manifestar que es un tema que se tiene que tomar de “manera cuidadosa” -pues pobres, ganar alrededor de 149 mil pesos mensuales no alcanza para una canasta básica-.

Todo pareciera indicar que la promesa principal del próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acerca de implementar una ley de austeridad, están lejos, pero muy lejos, de ocurrir, y que, pese los intentos de aparentar que se está luchando en contra del despilfarro al erario en todas sus vertientes, tanto a nivel nacional como estatal, únicamente se quedaran en eso, en intentos.

Adiós al PAC, pero también a la credibilidad de un partido que prometió mucho y ha cumplido poco, y que conforme pasa el tiempo, y eso que aún no se ha hecho el cambio de gobierno como tal, se va vislumbrando que Morena no es otra cosa que un PRI con otros colores; si no lo creen, hagan un recuento de todos los seudo-políticos y expolíticos que se subieron al barco de AMLO con tal de tener un hueso en su administración, digo puesto.

Ojalá me equivoque y que los morenistas demuestren que llegaron al poder porque realmente quieren hacer un cambio verdadero, y no porque ellos quieren un cambio en su bolsillo y de intereses.