viernes, marzo 29, 2024
Municipios

Prometen premios electrodomésticos, pero estafan a usuarios en El Puente de San Bernabé

José Ángel Gutiérrez López. 

Unos 13 jóvenes embaucan a personas con el juego de canicas, en una tienda metálica ubicada en el tianguis de autos, donde “turnos gratis” acaban con costo, sin recompensa y mal sabor de boca.

Un grupo de aproximadamente 13 jóvenes consiguen estafar a consumidores en el tianguis de autos El Puente de San Bernabé, en el municipio de Almoloya de Juárez, donde un boleto “gratis” para concursar por electrodomésticos culmina sin premio y con sabor amargo de quienes caen en la trampa.

En la parte norte del recinto comercial, donde culmina la zona de exposición y venta de autos usados, varios jóvenes abordan a los visitantes, al obsequiarles “boleto” para concursar por premios cuyos empaques son visibles dentro una tienda móvil de metal pintada de blanco.

Ante la desconfianza de varios visitantes, los jóvenes insisten en la gratuidad del certamen e inclusive acompañan a los jugadores hasta la tiendita para que vean los “premios” exhibidos, constató Diario Evolución durante una visita.

El boleto, un recorte de papel fluorescente, con letra escrita a mano cuya leyenda versa “dos turnos gratis”, concede el “derecho” a sumar puntos, mediante la suma de unidades como resultado, en un juego similar al de las canicas de las ferias.

Para llegar al premio se requieren 100 puntos totales o más, así que las dos primeras partidas alcanzan a sumar apenas 55 o menos puntos, lo que da paso a un tercer turno, ahora con un costo de 25 pesos, mismo que solicita cada uno de los jóvenes que atienden el stand, pero que jamás advierte el promotor.

El usuario mira cercana la suma de 100 puntos, así que decide pagar los 25 pesos y tirar por tercera ocasión, por lo que llega a 75 u 80 puntos, de la ahí la motivación para una cuarta tirada, a cambio de otros 25 pesos.

“Anímese, vaya ¡qué buena suerte!”, se escucha de voz de uno de los encargados cuando una mujer sumó muchos puntos en sus dos primeras jugadas. “Recuerde que puede llevarse uno de estos premios” –le insiste–. La mujer decide tirar por quinta ocasión, ya con 75 pesos invertidos.

Pero, por alguna extraña cuestión matemática o del movimiento del tablero de tiro, el jugador no llega a las 100 unidades, aun cuando un expendedor insiste que puede ser tal cantidad o más. Entonces, el usuario ya no quiere gastar más y decide abandonar el juego.

Durante la mañana fue notable un lleno en esa tiendita de concurso, por lo que varias personas cayeron en el juego. A ninguna se le vio salir con premio.

Los premios eran licuadoras, baterías de cocina, planchas de vapor y hasta una pantalla de plasma de más 50 pulgadas, que dejaban ver sólo su embalaje maltratado, señal de un constante traslado y de la permanencia de los premios durante mucho tiempo.

“¡Boleto gratis para participar por electrodomésticos!”, se escuchaba

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