Se unen las manos y la esperanza en San Mateo Oxtotitlán
Melchor García.
“Ni el viento más fuerte, ni la tormenta más agreste ni la tempestad más inesperada puede tirar a esta comunidad”, así lo dice Ignacio Ríos, vecino de San Mateo Oxtotitlán, al participar en los trabajos de rehabilitación del espacio público, una de los más afectadas tras la tromba que azotó el Valle de Toluca en días pasados.
Este fin de semana vía redes sociales, mensajes de texto y llamados de voz a voz, vecinos se sumaron para participar en las faenas de limpieza del panteón municipal uno de los espacios más afectados por la fuerza de la naturaleza.
La delegación de San Mateo Oxtotitlán fue la más afectada con la tromba, toda vez que el Panteón, la iglesia, un salón de fiestas y más de siete casas resultaron afectadas por la caída de árboles y postes que fueron tumbados por las gafas de viento, mismas que alcanzaron hasta los 56 kilómetros por hora.
Datos del ayuntamiento cuantificaban 179 árboles caídos, así como un espectacular, siendo las zonas de La Teresona, Zopilocalco, Parque Alameda 2000, Cerro de la Teresona, Rancho La Mora, Colonia Sector Popular y Parques Nacionales, las más dañadas, sin que se reportaran personas lesionadas.
Al saber que la última morada de sus fieles difuntos, estaba dañada un grupo de ciudadanos no temió ensuciarse las manos y levantar con cubetas, palas e incluso con las manos, la veintena de árboles que se vencieron frente a la tormenta.
“Las autoridades nos avisaron que van a venir a limpiar, pero en el Facebook pusieron que había que venir a ayudar al panteón, son pocas las manos y hay tanto árbol caído, y cómo no, si los granizos eran del tamaño de un limón”, relató Marco García.
Por la caída de los troncos, mismos que tuvieron que ser cortados para poder removerlos ya que median más de 15 metros de altura, al menos dos docenas de tumbas resultaron dañadas, algunas -incluso- destruidas.
“Mire cómo está, es una desgracia, nos tenemos que apurar, los muertos no perdonan. No puedo creer que con la granizada nos hay ido peor que con el sismo”, declaró uno de los vecinos que se sumó a las faenas de limpieza.
Fue hasta entrada la tarde que personal del ayuntamiento y del Ejército mexicano comenzaron con la remoción de los árboles caídos con ayuda de motosierras, hachas y picos.
