martes, abril 23, 2024
Opinión

Si no es verdad, llámala mentira

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*Aarón Dávila*

Foto: Ilustrativa.

La mentira y la verdad no pueden vivir en paz. Aún no consigo digerir aquel dicho que dice: “Es tan sólo una mentirilla, no pasa nada”, o aquel otro “No es una mentira, es una verdad a medias”.

“La verdad a medias es mentira verdadera”, así tal como lo explica este otro dicho, es como yo lo veo.

Mire usted, la mentira es mentira, no existen distintos grados de mentira; la mentira nace de la mentira misma, si siembras mentira, cosecharás mentira, es así de simple, aunque al parecer en la práctica no lo es.

Mentir logra convertirse en hábito, más aún en una forma de vida. ¿Exagero? De ninguna manera. Una mentira nace de otra más y llega el momento en que has debido mentir tanto para encubrir la verdad que pierdes la punta de la hebra y simplemente te ves obligado a seguir.

¿Cuáles son las consecuencias de la mentira? Mentir es un acto puro de cobardía, falta de respeto, ausencia de valores; no nos sorprende, entonces, descubrir que tanto la corrupción como la impunidad, grandes males de este siglo, sean consecuencia directa de las acciones de la mentira.

Dicen por ahí que a toda acción le sigue una reacción, y bueno, la reacción inmediata a la mentira es el temor, temor natural a que resulte a favor evidentemente de quien mintió.

Lo cual en sí mismo es paradójico y atroz, no puedes esperar bien alguno de la mentira; tal vez por esto mismo dicen que: “Para mentir y comer pescado hay que tener mucho cuidado”.

Mentir trae consigo cantidad de males como, por ejemplo, pérdida evidente de credibilidad; es decir, demérito de la palabra, del buen nombre, de congruencia de vida; además de la capacidad de ver a las personas de frente, a los ojos y con dignidad.

Esto es algo que en lo personal me impresiona muchísimo. Tanto a mi hijo como a mis hijas les he enseñado, desde pequeños, lo importante que es poder caminar por las calles con libertad, pero, sobre todo, teniendo siempre la capacidad de ver a los demás de frente y a los ojos; la mirada lo dice todo y me impresiona sobre manera la mirada del mentiroso, llega el momento en que ya no puede ocultar tanta mentira.

La verdad duele sólo una vez, pero la mentira nunca deja de doler.

Sí, tal vez cueste trabajo e inclusive cause temor o hasta dolor, pero nunca será mejor mentir; decir la verdad alivia el corazón, es como una válvula a punto de explotar y lo único que lo puede aliviar es la verdad.

Estas justo ahí, al pie de la cuesta y precisas tomar una decisión, mentir te dará probablemente un poco más de tiempo, pero al final del día deberás enfrentar las consecuencias de la mentira; por supuesto, esta traerá consigo ya un buen cumulo de consecuencias.

El alivio de la verdad, optar por la verdad, siempre será mejor. Este es un camino recto, claro, sin penumbra, es un camino fácil de tomar y sí, es verdad, tal vez en ocasiones no sea tan sencillo encontrar el valor suficiente para hacerlo, pero la verdad es claridad del alma.

El rey Salomón dijo: “Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?”. La verdad es luz, oportunidad, fortaleza, renuevo, confianza, lo que define tu vida.

Nuestro país y nuestra sociedad claman urgidos de acciones de verdad, cansados de tantas mentiras, las que han dado a luz corrupción, impunidad y destrucción.

Este es un buen momento para recuperar la verdad, cambiar las acciones de mal por acciones verdaderas de bien, desde el corazón de nuestros hogares hasta lo más recóndito de nuestra sociedad, buscar la verdad a tiempo y fuera de tiempo, nos dará libertad.

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