jueves, marzo 28, 2024
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Taibo II y la novela de los cultos: Los mexicanos merecen más que eso

*Luis Durán*

Tras una ‘ardua’ labor legislativa, los integrantes de la Cámara de Diputados nacional aprobaron la modificación del artículo 21 de la Constitución Mexicana, la cual refiere que para ser titular del Fondo de Cultura Económica (FCE) se tiene que ser mexicano por nacimiento; por lo que ahora únicamente basta con ser ciudadano del país.

Este jueves, 303 votos ratificaron dicho cambio en la llamada “Ley Taibo”, que permitirá a Francisco Ignacio Taibo Mahojo (o mejor conocido como Paco Ignacio Taibo II) tomar las riendas de la afamada editorial sustentada por el estado; esto tras la polémica que generó el nombramiento del escritor español por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y por las declaraciones que emitió Taibo II en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.

Para muchos funcionarios públicos el decreto presidencial de poner al literato a cargo de la FCE fue demasiado precipitado, ya que, como lo mencionaron algunos diputados del PRI y PAN, primero se debió hacer las modificaciones correspondientes a la ley y posterior la designación, pero al realizarlo a la inversa -como muchas de las acciones que ha efectuado el Gobierno Federal actual; véase en lo hecho en el combate al huachicoleo- pareció más una imposición presidencial.

Sin embargo, más allá de la asignación, toda esta ‘novela’ refleja el manejo, las características y los modos en las que se desarrolla la política en México. Una de las controversias más fuertes, en torno al caso Taibo II, fue cuando el novelista expresó: “Sea como sea, se las metimos doblada, camarada”, durante una conferencia en la mismísima FIL, donde presentaba un libro.

Dicha frase causó revuelo e indignó a muchos mexicanos, quienes tacharon al escritor español de petulante, engreído y poco respetuoso a la oposición, provocando que diversos partidos y burócratas solicitarán la destitución de éste al cargo o la no modificación de la ley, ya que no era permisible que el encargado de difundir la cultura, por medio de la publicación de libros, se expresara de esa manera.

No obstante, los golpes de pecho y las posturas puritanas de los políticos mexicanos se quedaron de lado en la sesión de votación para la modificación al artículo; personajes como Eduardo Zarzosa Sánchez, diputado priista -y que cuenta con dos maestrías en su currículo-, vociferaron que la modificación fue “pedorra” para nombrar a un funcionario “pedorro”, mofándose al llamar a la ley como “doblada”.

Asimismo, José Elías Lixa Abimerhi, diputado panista -otro pseudo estudiado con maestría-, lanzó la expresión coloquial: “qué culpa tiene la estaca, si el sapo salta y se ensarta”; a lo que Gerardo Fernández Noroña, diputado petista -toda una fichita también-, refirió que Taibo II era un hombre “cultísimo”, que habría leído más que toda la fracción del PAN.

Pablo Gómez, de Morena, aseguró que en los últimos 10 años el FCE nunca había tenido un titular adecuado y que en sexenios pasados se pusieron al frente a personas que nunca escribieron ni un artículo periodístico -como si eso fuera fácil; por eso estamos como estamos-.

Indudablemente es preferible que esté en el cargo, de cada dependencia federal o estatal, alguien ad hoc al área, con conocimientos necesarios y una visión objetiva, que le brinde el correcto desarrollo a cada instancia; pese a ello, tampoco se puede aludir únicamente a su expediente académico o intelectual, ya que leer más de 8 libros al mes o tener un doctorado en Harvard hará que un individuo sea capaz de manejar un cargo público.

Taibo II podrá ser la persona indicada para el puesto del Fondo de Cultura Económica, pero no tiene tacto ante las circunstancias en las que se ve envuelto, las cuales demandan una pulcritud consciente y una comunicación asertiva, deja entre ver las carencias humanas que tiene; porque “aunque la mona se vista de seda…”.

En cuanto a los aclamados diputados, éstos no dejan de reflejar su poco interés para atender las problemáticas reales de la ciudadanía, llevando a dichas estancias su ineptitud política y legislativa, incluso convirtiendo la Cámara o el Senado en hogar de discusiones mitoteras o actos proselitistas en favor de su partido o intereses.

-Como en la toma de protesta de López Obrador, donde, ante los ojos del mundo y solo por su “postura”, decidieron manifestarse en contra de la presencia de Nicolas Maduro, reflejando su nula tolerancia a las ideologías distintas-

Sin duda, la política mexicana es el escenario para sacar a flote las peores carencias de cada pseudopolítico, que, en su búsqueda por poder y ambición económica o de cargos, revelan la poca capacidad que tiene para asumir sus puestos, los cuales, irónicamente, son de cargo popular; quizá a éstos se le olvida que es el pueblo quien los ponen en dichos lugares, donde pretender representar a un partido, no sus intereses o beneficios.

El poder y el dinero siempre buscarán corromper hasta el hombre más virtuoso; serán nuestros pensamientos y acciones los que determinen qué clase de humano somos; además de que el periodismo implica más complejidad de lo que se piensa, se debe plasmar la realidad de una manera objetiva y sin conjeturas, algo que, aunque muchos hagan, no todos pueden hacer.

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