martes, diciembre 10, 2024
Deportes

Dos Orejas para Bruno Aloi que estuvo arrollador

*José Moisés de la Luz G.*

Foto: Especial

Cinco festejos novilleriles transcurrieron, entre la cándida esperanza y el desánimo que muchos ocultamos en silencio. Ilusiones bellamente acariciadas y lastimosamente desechadas. Eso quedó atrás este domingo en la sexta novillada en la que se dejó claro que, entre los novilleros también hay una clasificación que no se puede ocultar, es decir hay “Clases Sociales”.

Mientras que los domingos anteriores, uno a uno fueron compareciendo jóvenes aspirantes a matadores, con encierros muy bien presentados que exigían muletas más poderosas y salvo honrosas excepciones, ese desfile de chavales fue también una forma de descartar y en los mejores casos, recomendar que se les prepare mejor, insisto solo unos pocos.

Este 18 de agosto en medio de un calor infernal, se han presentado Manuel Caballero, Bruno Aloi y Andrés García, los tres hijos y/o hermanos de toreros, factor que influye demasiado en el desempeño mostrado en el albero capitalino.

Manuel Caballero, hijo del matador del mismo nombre, ha dejado momentos de mucho arte y torería en ambos astados, mucho mejor en su primero con el que dejó ver el arte con la capa y seguramente los mejores derechazos que ha instrumentado en su estancia en México, no ha tenido suerte con la espada no obstante los momentos conseguidos, calaron hondo en la sensibilidad del público capitalino.

Del segundo, mucha voluntad y poca colaboración y termina escuchando un recado desde el biombo.

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Bruno Aloi, hijo y hermano de rejoneadores, sencillamente salió tocado por la inspiración, el duende y la suerte que, le tocara ese “Ya merito” que fue mucho más que eso, un astado noble en extremo que le permitió el toreo de seda con la muleta; antes con su primero no ocultó el buen gusto con la capa y la pañosa, pero, el quinto de la tarde, su segundo astado convirtió a la gran México en un manicomio.

Más allá de las dos orejas que Bruno se lleva en la espuerta, es imprescindible señalar que Aloi devuelve la esperanza, la fe y las ganas de retratarse en la taquilla.

Ha sido alucinante apreciar el inicio de faena, muletazos tan suaves, tan tersos al tiempo que con autoridad llevaba el morito al terreno en el que apareció la magia, donde le jalearon con fuerza cada tirón de muleta que fue tomado por la embestida del de Campo Hermoso.

Durante minutos el romance entre torero y público, la sobredosis de arte que Aloi obsequió, esa que todos deseamos siempre pero nunca sucede, hoy ha encontrado lugar entre la buena entrada en la monumental de Insurgentes.

Faena para el recuerdo, también para ejercer la didáctica ante quien quiera convertirse en torero, dos orejas y salida en volandas.

Andrés García, hermano del Payo, tercer espada, también deja constancia de la técnica y buen gusto al torear, momentos de mucho arte, con la capa, sapiente con la muleta, se esfuerza, pero es suficiente, aun así, la gente le reconoce.

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