Obesidad y depresión peligrosamente ligadas
*Melchor García*
Históricamente la obesidad se ha relacionado con malos estilos de vida, falta de ejercicio e ingesta de alimentos con alto valor energético, incluso por cuestiones genéticas; pero que tanto está condición deriva, no de lo que llevamos a la boca, sino de aquello que tenemos en la mente.
Así lo advierte Brisa Monroy Cortés, especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria, quien señala que de acuerdo con estudios clínicos se ha detectado que cuando el índice de masa corporal, el IMC, es mayor a 30, hasta en 22 por ciento de los casos las personas presentan algún trastorno afectivo; de estos el 12.3 por ciento puede experimentar ansiedad y el 12.8 otro trastorno relacionado con el consumo de sustancias.
“Las personas que tienen o que tenían obesidad podían llegar a síntomas depresivos en un 55 por ciento, y de forma reversa las personas que padecían depresión en un 58 por ciento podían llegar a padecer obesidad, vemos otra vez la interacción que es muy circular de que una me lleva a la otra y a veces es difícil saber que empezó primero que fue primero el huevo o la gallina porque tienen muchas cosas en común.”, expresa.
Advierte en este sentido que los pacientes que presentan trastornos como la depresión, e incluso bipolaridad tienen el doble de riesgo de padecer algún grado de obesidad, ya que son enfermedades que impactan de forma directa en nuestros hábitos diarios.
“Ambos padecimientos como la depresión y el trastorno bipolar pues tienen impactos o un efecto directo en cómo se come, en la apetencia por la comida, el apetito, con el sueño y con la motivación entonces vemos en un impacto que tendría que ver con el estilo de vida, en la forma en la que estoy comiendo, la forma en la que también elijo mis alimentos y que tanto me muevo.”, dijo.
Este escenario se presenta cuando históricamente la población sube de manera más acelerada de peso en el periodo decembrino, este año con un doble impacto por el confinamiento derivado de la pandemia
Según datos de la Organización Mundial de la Salud de la década del setenta a la fecha en el mundo la población obesa se ha triplicado, de manera paralela con mayores desequilibrios mentales afectando mente, dieta, ejercicio y estabilidad de las personas, con lo que se confirma el dicho de mente sana en cuerpo sano.
