Una familia completa, una nueva vida

*Melchor García*

“Cuando yo vi a Azul fue como un flechazo al corazón.”, esa es la voz que se quiebra de Ricardo Velázquez, ingeniero de profesión, quien, tras cuatro años de lucha, papeleo y una larga espera, este martes recibió entre sus brazos a Azul, su hija de toda la vida, como él afirma.

Junto con su esposa, Carolina Merino, son una de las 40 parejas que en lo que va de año pudo obtener a un pequeño en adopción en el Estado de México, atrás quedaron las horas de espera e incertidumbre, pero sobre todo los días críticas y de superar la palabra adopción como tabú.

“Mi hijo, sobre todo, me decía estás loco, cómo es posible, tienes que intentarlo de otra manera y pues no, realmente después de documentarnos de leer, de estudiar, de ver hasta películas, definir y pues eso es lo que queríamos.”, dijo Ricardo.

“Hubo gente de mi familia que me decían no adoptes son hijos del diablo, yo no conozco a niños adoptivos que mataron a sus papás; no lo dudo que haya gente así, también hay hijos biológicos, pero depende de la vida que les de uno.”, señaló Carolina.

Encontrar un nuevo motivo en su vida, desde la responsabilidad de guiar una vida a través del amor, el trabajo y el ejemplo, afirman, es el catalizador que les ha dado una nueva esperanza en esta parte de su vida.

“Mi vida no ha sido mala, ha sido buena, ya coticé todo lo que tenía que haber cotizado, sólo me faltaba cumplir 60 y adiós, todo se acabó, pero no azul me motivó tanto que hasta me cambié de trabajo y, de veras, me siento como si tuviera 28- 29 años, con una energía brutal.”, explicó Ricardo.

“Yo al principio me desesperaba mucho, pero me enseñó el tiempo que tenía que esperar, porque las cosas llegan cuando tienen que llegar, no antes ni después.”, señaló Carolina.

Pese a un proceso que, reconocen, fue desgastante, principalmente desde la arista emocional, afirman que el ver materializado el sueño de ser padre y madre todo valió la pena.

“Estén convencidos de lo que quieren, si quieren ser papás lo van a ser, el destino, el universo, Dios, quien sea se encarga de acomodar las cosas en su debido momento.”, concluyó Carolina.