jueves, abril 18, 2024
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8 de marzo: ¿Nada que celebrar?

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*Luis Durán*

Desde el 8 de marzo de 1911 se comenzó a conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el cual ha ido moldeando la ideología femenina en todo el mundo, logrando cambios sumamente relevantes en la sociedad, como el derecho al voto, modificaciones en las estructuras laborales, reestructuración en la figura materna, equidad en el pensamiento y autonomía de la mujer.

Sin embargo, en la actualidad la mujer, en especial en México, aún continúa bajo el yugo cultural, religioso y económico, por mencionar algunos, segregada por -lo que las feministas más radicales llamarían- el “patriarcado”, viviendo escenarios adversos en aspectos profesionales, políticos, sociales y hasta sentimentales, (porque ‘sólo las mujeres’ pueden mostrar sus emociones, dicen).

Pero más allá de todos los logros que han conseguido las mujeres a través de los años, cuando menos en el país, pareciera que en pleno 2019 el seguir adelante y continuar cosechando mejores iniciativas, programas y leyes, enfocadas al beneficio de las féminas mexicanas, ha entrado en un periodo de estancamiento, donde el mayor enemigo de una mujer es otra mujer.

Vayamos ejemplificando, en la República Mexicana solamente la CDMX permite la interrupción del embarazo por voluntad, mientras que en las otras 32 entidades federativas se “puede hacer”, siempre y cuando cumpla con ciertos requerimientos, entre ellos que sea producto de una violación, ponga en riesgo la salud de la madre, el feto presente malformaciones, por mencionar algunas, más las trabas burocráticas que representa la acción.

A nivel político, las normas de los partidos más conservadores, o de derecha -PRI y PAN-, que estuvieron en el poder por más de 80 años, siguen permeando actualmente los derechos de las mexicanas, las cuales se ven atadas al no poder ejercer su libertad anatómica, bajo normas absurdas como las “pro-vida”, que no son otras cosas que posturas morales y éticas, alejadas de la independencia legislativa que brinda el estado.

Hace unos días el Congreso de Nuevo León aprobó la reforma al artículo 1 de la Constitución de la entidad, que “reconoce el derecho a la vida desde la concepción”, lo que obstaculiza la voluntad de una fémina, ya que sólo se podría realizar un aborto bajo los esquemas establecidos por la ley, como lo expresó el Fondo María; no obstante, esto nos lleva a preguntar ¿por qué, en pleno 2019, las mujeres embarazas siguen siendo criminalizadas por querer abortar, no se supondría que tienen libertad de elegir con su cuerpo lo que deseen?

La reforma fue aprobada por la mayoría de los legisladores, pertenecientes a los grupos parlamentarios del PAN y PRI; lo que sorprende es que diputadas de “izquierda” (Morena, PES, Movimiento Ciudadano) también estuvieron a favor de ello. Mientras que uno de los fenómenos de más intolerancia e ignorancia lo mostró Lilly Téllez, senadora de Morena, quien se mostró indignada y ofendida al encontrar un pañuelo verde (símbolo de la legalización del aborto), indicando que ella estaba en contra de dicha acción, puesto está “a favor de la vida” -que alguien le dé un libro de biología-; de igual forma, dijo que presentará una iniciativa para penalizarlo.

En México, de 2002 a 2016, alrededor de 624 mujeres han muerto por realizarse un aborto clandestino, donde 23% de ellas sólo contaban con estudios de preescolar; además de tipificar el acto como delito, sólo 15.6% de las féminas, entre 25 y 29 años, puede costearse uno en una clínica privada y únicamente 5.3% menores de 25, mientras que tomar misoprostol es asequible a 19.3%, de 15 a 25 años.

24% del total de chicas que acuden a la CDMX a realizarse un aborto legal pertenecen al Estado de México, entidad que se mantiene en la negativa de legalizarlo, pese a que su ‘gobernador rosa’, Alfredo del Mazo III, declare que las mujeres “son prioridad” en su gobierno; cosa que se refleja en una demarcación donde ocurrieron 396 homicidios de féminas en 2018 y que contabiliza más de 35 en lo que va del presente año, además de contar con 11 municipios con Alerta de Género y ser la región con mayor cantidad de feminicidios en todo el país.

Pareciere que la legalidad en la interrupción del embarazo en México está lejos, pero muy lejos de ser real, donde son las mismas legisladoras y senadoras, sin importar la vertiente política, color o posición, las que más rechazan dicha índole médica-social, ilustrando que la lucha de género no es contra el patriarcado o el machismo, sino con las mismas mujeres que se niegan unas a otras.

Se dicen “pro-vida” por apelar a la integridad de un feto, pero nadie comprende que para que haya vida es necesaria la misma, aunando a educación y apoyo económico, cosa que se sigue negando a nivel político y social; mientras el aborto continué criminalizando a la actriz principal, éste se seguirá realizando en la ilegalidad, cobrando vidas inocentes y generando un negocio que impera en la clandestinidad, sin concientizar a todas las mujeres que morirán por no poder acceder a un tratamiento médico que debería ser gratuito y seguro.

Este 8 de marzo no hay nada que celebrar, la lucha por la equidad de género continúa y no debe cesar, como la compresión de violencia hacia la mujer, por parte de los hombres, y también el entendimiento entre ellas, que debería imperar; extrañamente, seguimos apelando a la humanidad, pero difícilmente logramos percibir el significado real del concepto, dejando que la intolerancia y el libre albedrío nos afecte en nuestro día a día.

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