martes, abril 23, 2024
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‘Conmigo o en mi contra’: Peña Nieto y su sexenio espía

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*Luis Durán*

A un día de que concluya el sexenio de Enrique Peña Nieto -¡al fin!-, analizamos cuál fue o es la peor acción del aún presidente de México, que deja al país al borde del atolladero, con más preguntas que respuestas y envuelto de un tumulto de acusaciones sobre corrupción, impunidad y abuso de autoridad.

El que fuera gobernador del Estado de México, y que manifestó en su primer discurso como presidente que su eje de gobierno sería lograr “un México en paz” -(risas sarcásticas)-, cometió diversos errores que lo colocan como uno de los titulares del país más mediocres que hemos tenido a lo largo de la historia, y que si hemos tenido varios.

Pero su “pecado mortal” no fue la famosa ‘casa blanca’, o los 43 normalistas de Ayotzinapa, tampoco los más de 28 mil 500 homicidios dolosos cometidos en los últimos seis años, las fosas clandestinas, los feminicidios, el endeudamiento público, la ‘Estafa Maestra’, los Duarte, Trump, incluso el caso Odebrecht; la cereza del pastel se llama Pegasus.

Recapitulando, el martes 16 de mayo de 2017, el corresponsal de RíoDoce, Javier Valdez Cárdenas, fue asesinado en Sinaloa por presuntos integrantes del crimen organizado, derivado de las labores periodísticas que realizaba contra el narcotráfico en el país; dicho suceso terminó por destapar una cloaca de las acciones más cobardes que pudo realizar la administración de Peña Nieto.

Tras las averiguaciones sobre el homicidio del periodista, el portal Citizen Lab, en conjunto a la Universidad de Toronto, reveló que 45 países, entre ellos México, utilizaban un software maligno para espiar a personas previamente identificadas, lo cual, en la nación, era utilizado desde 2016, pero siendo revelado hasta junio de 2017.

Asimismo, Pegasus, operado por la Procuraduría General de la República (PGR), la cual, junto a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) y el Centro de Investigación de Seguridad (CISEN) han invertido alrededor de 500 millones de pesos para la actualización y mejoramiento del programa espía, de acuerdo con datos de Aristegui Noticias, fue utilizado en los colaboradores de Valdez Cárdenas, donde usaron información de su homicidio para engañarlos y así ingresar a su información personal.

Ismael Bojóquez y Andrés Villareal, ambos integrantes de RíoDoce, recibieron mensajes un día posterior a la muerte de su compañero, con la intención de infectarlos con el software, sumando así a una larga lista de periodistas, abogados, activistas, políticos e investigadores internacionales espiados por el gobierno del oriundo de Atlacomulco.

Carlos Loret de Mola, Rafael Cabrera, Sebastián Barragán, Carmen Aristegui y su hijo, sobresalen de una lista de 28 objetivos a espiar, menciona la investigación; además de dos árabes, Yhya Assiri y Omar Abdulazis, que ayudaron en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero -como si se tratara de una cacería de brujas-.

No obstante, y pese a la exposición pública del hecho y todas las acusaciones, que obviamente fueron negadas por el todavía gobierno actual, la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) informó que el programa, de origen israelí por la empresa NSO Group, seguía operando en México, ya que, hasta junio de 2018, se detectaban 17 infecciones vigentes de este programa.

Inclusive, el propio New York Times aseveró que las autoridades americanas, como el FBI, se negaron a participar en la investigación federal que se “ordenó” para hacer el esclarecimiento de los hechos, puesto que la indagación carecía de credibilidad y se dudó que realmente la administración quisiera resolver el caso. Posteriormente, el tema de Pegasus fue descartado por la PGR e instancias correspondientes, dejándolo traspapelado entre tanta falla gubernamental y al olvido de los mexicanos -con su ya recurrente memoria de corto plazo-.

La invasión a la privacidad de la prensa, organizaciones civiles, partidos políticos, entre muchos, atentan con la libertad de expresión y de información, acciones que no se ven ni en las peores dictaduras; Enrique Peña Nieto vulneró las estructuras políticas a su conveniencia, intentando censura a las voces que señalaban los malos actos de su gobierno, donde 47 periodistas perdieron la vida en su sexenio, uno más que en el periodo de Felipe Calderón.

‘Estás conmigo o en mi contra’ pareció ser el lema del presidente saliente, quien nunca toleró la descripción de una realidad que él mismo iba creando, arremetiendo con los medios más frágiles, como lo es la prensa escrita, pero que son más crudos y veraces; porque es a través de las palabras, oraciones, párrafos, notas e investigaciones, que los periodistas pintan los escenarios que se desenvuelven en el país y en el mundo, lo cuales pretenden ser callados, olvidados y que nunca sean expuestos.

La libertad de expresión, información y prensa nos da fuerza como sociedad, nos brinda conocimiento de sucesos que desconocemos y permite desarrollar un mejor análisis y criterio del acontecer histórico, social y cultural mexicano y mundial. Por algo la Organización de la Naciones Unidas (ONU) la coloca como un derecho de toda la ciudadanía y George Orwell (novelista famoso) refiere: “La libertad de expresión es decir aquello que la gente no quiere oír”.

(Felicitación a Diario Evolución por su 4° aniversario, demostrando que lo mediático no es sinónimo de prestigio, deseándole más años venideros llenos de información veraz y oportuna, como hasta ahora lo han hecho. Agradeciendo la oportunidad y el espacio para poder expresar la perspectiva de un colega más en este medio.)

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