Cuatro generaciones cuidan y preservan el Árbol de la Vida en Metepec

Metepec, es referente en la producción de una colorida y particular artesanía: el Árbol de la Vida, fabricado con barro, modelado y pastillaje policromado a mano; de la forma tradicional, representa la escena bíblica de la creación, y, con el paso del tiempo, ha incorporado otras temáticas. Su fabricación suele realizarse en talleres familiares: muestra de ello es el trabajo de la familia Soteno, que lleva cuatro generaciones de cuidar, preservar y difundir este arte.
En entrevista, el artesano Israel Soteno Ambrosio comenta que su abuela, Modesta Fernández Mata, empezó a trabajar el barro desde muy niña, alrededor de 1940, especializándose en la creación de dichas piezas; fue la primera de la familia en ser reconocida localmente por su trabajo.
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Transmitió sus conocimientos, técnica y práctica a sus hijos, entre los que se encontraba Tiburcio Soteno Fernández, padre de Israel, quien siguió la tradición y ahora es quien comparte el bagaje a sus hijos: así, se juntan cuatro generaciones.
Elaboran sus piezas (reconocidas en todo el mundo por el cuidado al detalle) con barro rojo, típico de Metepec: “Lo pulverizamos, mezclamos con agua y con una planta que se llama la flor del tule (aquí le llamamos plumilla): ayuda a dar consistencia a las piezas y da mucho cuerpo al barro. Lo juntamos con agua y hacemos una masa moldeable que se puede manejar con facilidad”, explica Soteno.
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