jueves, abril 25, 2024
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Desde las Alturas

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*Arturo Albíter*

  • Propuesta de Alfonso Ramírez, dirigente nacional de Morena, acerca de que el INEGI mida la riqueza de los mexicanos entrando a verificar respuestas parece una medida extrema y poco realista.
  • Es un organismo autónomo que tiene como objetivo producir y difundir información de interés nacional bajo una metodología científicamente sustentada.
  • Dato del día: Se pierden más de 36 mil empleos formales en el Estado de México en abril.
Foto: Especial.

En el 2008 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el cual se expedía la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, la cual es reglamentaria del artículo 26 de la Constitución Mexicana y establece que el Estado Mexicano contará con un Sistema Nacional de Información, Estadística y Geográfica y que será autónomo.

Ahí se anota que se contará con unidades del Estado organizadas a través de subsistemas con el objetivo de producir y difundir información de interés nacional, como aquella que sea necesaria para sustentar política pública de alcance nacional; generada de forma periódica y regular, bajo una metodología científicamente sustentada o la que sea necesaria para prevenir y, en su caso atender emergencias o catástrofes naturales.

Ahora con la propuesta de Alfonso Ramírez, líder nacional de Morena, se trata de cambiar esa ley y dotar al Instituto Nacional de Estadística y Geografía de facultades para medir la riqueza, pero no sólo eso, también se van a convertir en algo así como un ente fiscalizador o auditor.

Porque no sólo se va a realizar el censo de riqueza como se hace con otros ejercicios, sino que los visitadores del INEGI tendrán que ingresar a los domicilios sin restricción alguna para verificar que todo lo que respondieron es verdad.

Y es que las modificaciones propuestas por el líder nacional de Morena se basan en hacer cambios al sistema jurídico del país para que, entre otros rubros, el INEGI entre a los domicilios a revisar el patrimonio inmobiliario y financiero de todas las personas cada dos años.

Pero además debe tener acceso a las cuentas del SAT y a toda la información financiera y bursátil de los mexicanos.

En la propuesta, el ingreso a las casas debe ser sin impedimento alguno.

Con esto, el INEGI dejaría de ser una instancia autónoma porque manejaría los datos del SAT para cruzarlos con lo que se investiga casa por casa y no son una instancia fiscalizadora.

Igual se perdería una tradición censal de más de un siglo y una trayectoria de casi 40 años, además de que es un ejercicio para medir la riqueza, no la pobreza que es uno de los problemas más grandes del país. Se trata de disminuir el índice de pobreza, no el de riqueza.

Por otro lado, entre los principales censos del INEGI destacan el de población y vivienda, así como el de unidades económicas, el primero cada diez años y el segundo cada cinco.

Prepararse para cada uno de ellos es ocupar mucho tiempo en capacitación, elección de encuestadores y la puesta en marcha del ejercicio.

Cada dos años hacer una encuesta para medir riqueza capacitando a los visitadores para que sean también fiscalizadores o auditores es una tarea de grandes proporciones, pero además la gente que vaya a realizar ese ejercicio debería llevar un grupo de policías a un lado para hacer efectivo que los dejen entrar libremente a las casas sin restricción alguna.

Y eso sin contar con el hecho de que la austeridad republicana le quitó una buena parte de recursos en su presupuesto al INEGI y con la limitación económica que tienen hacer frente a un asunto de esta dimensión es algo más que imposible.

Ante esto, el mismo presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado en la República, Ricardo Montreal, que pertenece a la misma expresión política dejó sólo al dirigente nacional de Morena en su propuesta de medir la riqueza de los mexicanos.

Anunció que “actuaremos con prudencia y responsabilidad”.

DATO DEL DÍA: DATOS SOBRE LA PÉRDIDA DE EMPLEO FORMAL EN EL ESTADO DE MÉXICO EN ABRIL.

La semana pasada comentamos que la pérdida de empleo formal en el Estado de México en proporción había sido de -2.2 por ciento en su comparación anual y del 2.7 por ciento si nos referimos al mes anterior.

Estas cifras ponían a la entidad en el lugar número 23 en lo que se refiere a la pérdida de empleo formal de acuerdo a cifras dadas a conocer por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Pero no nos referimos a la cantidad de empleos formales perdidos, sólo a la proporción en el comparativo nacional.

Pues bien, esa disminución del 2.2 por ciento quiere decir que en territorio mexiquense se perdieron un total de 36 mil 974 trabajos formales.

Fue el quinto que más fuentes de empleo perdió en el país, en primer lugar se encuentra la Ciudad de México con 105 mil 804; después Nuevo León con 50 mil 057 empleos; en tercer lugar Quintana Roo con 44 mil 984; Jalisco con 38 mil 145 y luego el Estado de México con 36 mil 974.

En proporción el Estado de México era el número 23 del país, pero en números absolutos cambia la situación y se ubica en el quinto lugar con más fuentes de trabajo perdidos en abril.

Y es que por ejemplo, en proporción Quintana Roo fue el que más perdió con el 18.1 por ciento y la Ciudad de México no aparecía. En cambio en números absolutos no hay comparación entre ambas entidades, ya que la primera pierde 105 mil 804 y la segunda 44 mil 984.

Aunque llama la atención que si tomamos en cuenta la zona metropolitana más grande del país conformada entre el Estado de México y la Ciudad de México, resulta que entre ambas se acabaron 142 mil 778 trabajos formales.

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