Cúpulas religiosas indigentes a matrimonios igualitarios en México
*Melchor García*

Contrario a lo que se piensa y basados sólo en la estadística, las personas que dicen profesar la religión católica en México aceptan y toleran los matrimonios igualitarios entre parejas del mismo sexo, en contraparte serían solo las cúpulas de los grupos religiosos quienes mantendrían la posición más reacia al cambio.
De acuerdo con Víctor David Cruz Acebes, maestro en derecho penal de la Universidad de Kiel en Alemania, nuestra aún joven democracia sigue enfrascada en temas que no deberían ser motivo de debate, toda vez que, desde el aspecto legal, todos los ciudadanos deben tener los mismos derechos y obligaciones.
Explica que en Europa se ha entendido a la figura del matrimonio igualitario como la mejor alternativa para expandir los derechos, sin menoscabar posiciones en contra, partiendo de verlo sólo como un instrumento de unión civil.
En el caso de México, explica, las leyes han avanzado en la legislación referente, pero no así en su instrumentación para hacer realidad este derecho.
“Una cosa es la toma de decisiones, en México ha habido mucho avance, en lo que no hay avance es en la implementación, ese es un gran tema, porque en cuestión legislativa no estamos atrasados, pero en la implementación de esa legislación sí hay un atraso fuerte.”, reprocha.
Esto cuando el mayor de la población se dice católica, condición que podría considerarse como un factor en contra, pero que, según la estadística, destaca por lo contrario al manifestar el creyente una mayor apertura.
“En una democracia está totalmente aceptado que haya grupos que estén a favor y en contra, esta es una sorpresa, pues se pensaba que a mayor proporción de religiosidad, en este caso católico como México, se iba a tener un efecto negativo en materia de uniones civiles, pero fue al revés, a mayor proporción de católicos había más apoyo.”, indicó.
Asegura que los datos demuestran que una porción de la población entiende que no se está hablando de una nueva adquisición de derechos, sino que las personas con preferencia al mismo sexo son seres humanos que deben tener los mismos derechos que las personas heterosexuales.
Explica que para analizar el matrimonio igualitario en toda democracia debe verse como un derecho humano inalienable en todas las personas, independientemente al sexo.
“Las uniones civiles como forma legal para darle a las personas del mismo sexo, los mismos derechos que matrimonios heterosexuales desde la unión civil. Se debe fundamentar el debate y los argumentos sólo en conceptos científicos y penales, pero no en bases religiosas ni moralista.”, manifestó.
Con ello, llama a que se promuevan derechos como en las democracias más antiguas, pero sacando argumentos moralistas que no están fundamentados en la ciencia o en los hechos actuales.
