viernes, julio 26, 2024
Opinión

El equilibrio de nuestra vida

*Aarón Dávila*

Foto: Ilustrativa.

Los valores son principios que buscan regir o guiar la vida de los seres humanos.

Cada valor entonces, es recibido desde el hogar.

El hogar más allá de lo que muchos piensan, sigue siendo el núcleo de la sociedad.

Y es así que la familia, sigue considerándose la principal forjadora de valores.

Para ponernos de acuerdo quisiera preguntarles, ¿qué valores conocen o identifican en este momento? ¿Podrían mencionarme al menos tres? (Escuchar valores)

He formulado esta pregunta en muchas universidades del país.

En su mayoría me han mencionado los mismos tres:

Solidaridad, empatía, honestidad. (justo los 3 valores que más adolecemos)

La solidaridad, por ejemplo; es un valor maravilloso, al que se le ha dado uso, exclusivamente en caso de desastres naturales.

La realidad es que deberíamos ser solidarios cada día: con los migrantes, con las personas desprotegidas socialmente, con las personas mayores, con nuestra familia, etc.

Escuche esto: Una sociedad que vive sin valores, es decir; de antivalores, es una sociedad condenada al fracaso, al caos, a su propia destrucción.

En la actualidad, los niños crecen percibiendo en forma natural asuntos tales como: la corrupción, la tranza y la mentira.

Es decir, ya no perciben la diferencia entre el bien y el mal, lo correcto e incorrecto.

Es aquí donde la moral y la ética hacen su aparición.

La moral, de la raíz latina: Morales: que significa Costumbre, nos guía hacía lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo.

Y la moral hace uso de todo a su alrededor para lograr su cometido; por ejemplo:

Utiliza la Cultura, leyes, religión, las normas, modas, hábitos y por supuesto a los valores.

La ética por su parte, de la raíz griega, Ethos o Ethikos: que significa carácter, tiene una misión muy clara.

Cuidar o velar el buen funcionamiento de la moral en los seres humanos.

La ética, juzga las acciones de la moral y lanza sentencias éticas, es decir, resuelve y observa el cumplimiento de la moral.

Por ejemplo, cuando decimos: eres muy malo (a), esas personas son muy tranzas, ella es muy trabajadora, él es muy honrado.

Ahora bien, hablemos del equilibrio de nuestra vida.

Equilibrio es orden y sin un orden especifico en nuestra manera de vivir, todo es desorden.

Si aprendo a vivir para disfrutar a mi familia y las cosas bellas de la vida, entonces mi trabajo y todos los demás asuntos, tomarán su turno y grado de importancia en sintonía.

Mire usted. En cierto momento, al cerrar el día, nos cuestionamos si la vida que llevamos es la que originalmente quisimos tener, más aún, si nuestra rutina diaria se ajusta finalmente, a lo que en algún momento tuvimos en mente.

Es el momento correcto entonces de hacer un alto en el camino y revisar lo que hasta ahora hemos hecho y lo que hemos logrado.

Hasta el momento y comparado con el planteamiento inicial, lo que vivimos en la actualidad ¿se parece en algo a lo que se planteó como primer objetivo? ¿Caminamos realmente por el motivo original?

Es necesario ahora, hacer una pausa y evaluar los términos de nuestra existencia…

Hemos descuidado la vida familiar, no hacemos deporte, dejamos a un lado a los amigos y ya ni hablar de cultura y de arte.

Puede que sea el momento de hacer un cambio.

Algo de vital importancia es saber que el cambio depende de nosotros, porque ni la empresa donde trabajas ni el gobierno del país donde resides, lo hará por ti.

Depende de nosotros como individuos tomar el control y la responsabilidad del tipo de vida que queremos llevar.

Ciertamente, Encontrar el equilibrio entre el trabajo y vida en medio de una agenda apretada, puede parecer imposible. Sin embargo, hay maneras de lograrlo.

Para alcanzar un equilibrio general, primero debemos encontrar un equilibrio personal, es decir; si mi vida en lo personal, no tiene equilibrio, entonces no hay forma de que logre establecer una línea a seguir en el resto de las cosas.

Una mente libre de estrés, un corazón lleno de amor y una conciencia tranquila, son los tres ingredientes básicos para lograr el equilibrio de nuestra vida.

Una mente libre de estrés es una mente renovada.

Saulo De Tarso, mejor conocido como el apóstol Pablo decía: “Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente.”

En primer lugar, señala la importancia de no adoptar o quedar atados a las costumbres de este mundo, tales como: (Y si menciono alguna que no conozca me dice)

Engaño, traición, mentira, dolor, miseria, deshonestidad, corrupción, competencia desleal, indiferencia, falta de amor; y pérdida de valores en general.

La opción entregada de inmediato es transformarse por medio de la renovación de la mente.

Esto es maravilloso, ya que habla ni más ni menos de la posibilidad de cambiar nuestra mente,

haciendo a un lado todos aquellos pensamientos de mal, de fracaso, de imposibilidad, de cansancio, de auto desahucio y,

cambiarlos por pensamientos de bien, de posibilidad, de logros, de alcance, de objetivos y nuevos motivos. (¿Qué le parece?)

Tener la capacidad de entender con claridad la propuesta de Dios para nuestras vidas, la cual es simple; vivir y vivir bien, en paz,

llenos de amor, de cosas nuevas cada día, de verdad y justicia, y de perdón verdadero.

Permítame hacerle notar lo siguiente: En ocasiones nos confundimos y pensamos que llenarnos de satisfactores es el camino correcto. (Tenemos una casa, ahora quiero la segunda…)

Lo que en realidad necesitamos es encontrar las cosas que sacien de bien nuestra vida.

Ahora bien, Un corazón lleno de amor, es un corazón dispuesto a involucrar el bien común.

Así como tu vida necesita un espacio propio, tu familia entonces demanda el suyo también.

De manera que, porque no dárselo. Nuestra familia, cada integrante en lo particular, cónyuge e hijos, necesitan un trato especial y un espacio dedicado.

Es decir; Cuando estés en casa, no finjas, se verdadero, sin engaños ni encomiendas.

Tu familia no tan solo agradecerá tu esfuerzo, sino que se volverá parte de él.

Vivir en equilibrio entonces, nos permite una conciencia tranquila.

Una conciencia tranquila es aquella que nos permite vivir sin culpas, sin querellas, sin amargura.

Nos permite caminar con el rostro en alto y ver a todos a los ojos con libertad.

La conciencia queridos amigos y amigas, no tiene luz propia, es como un tragaluz que permite ver la luz de los valores que llevas dentro.

Tener la posibilidad de mostrar los valores de tu corazón, deja al descubierto la autoridad moral de tu vida.

La congruencia de tu vida: Que tus dichos y tus acciones no peleen entre sí.

Permítame asegurarle entonces que, si alcanzamos el equilibrio personal y familiar, entonces el laboral se dará en consecuencia.

Séneca decía que: “La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino lo bien que haya sido representada.”

Aristóteles por su parte decía que: “La victoria más difícil es la victoria sobre uno mismo.”

El apóstol Pablo fue más allá cuando dijo: “Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello.”

Concluyo con esto: Lo mejor de tu vida estará dispuesto para alcanzar los mayores retos.

Y Sí, efectivamente, la vida continua su paso, pero en equilibrio, llenos de paz y valores renovados, estaremos listos entonces y preparados, para enfrentar cualquier reto que se presente, dispuestos siempre para mejorar y alcanzar el mejor estado de nuestra vida. ¡Una vida en equilibrio!

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