Limitaciones sólo en la mente
*Melchor García*

“La verdad es una satisfacción muy grande cada día aprender de ellos, porque uno aprende mucho de ellos más que nosotros enseñarles.”.
Así lo dice Obed Aguilar, entrenador y fisioterapeuta del equipo de fútbol “Corsarios”, conformado por niños con síndrome de Down y personas discapacitadas físicamente.
Correr detrás de un balón, atajar un gol, sentir en aire abriéndoles paso, vencer los obstáculos físicos y las barreras mentales, es la motivación de los integrantes de éste equipo que regresan a la actividad luego de meses de calma por la pandemia.
Hoy tratan de entrenar por tandas para posicionarse otra vez dentro de la lista de los mejores a nivel nacional, además de que se formará un equipo para amputados, otro para personas con síndrome de Down y uno más para personas de talla baja.
“Entreno a estos chicos hace aproximadamente 7-8 años, fue una invitación de una amiga al deporte adaptado y desde ahí estoy como entrenador.”, indicó.
En Capultitlán, donde entrenan, las medidas de seguridad ante el COVID-19 se siguen al pide de la letra, pero esperan que pronto más miembros se sumen al equipo donde la única condición es querer superar el estigma de la discapacidad.
En este grupo destacan Brandon, un joven con síndrome de Down que le encanta ser portero, Axel, quien pese a no tener un brazo sueña con ser Memo Ochoa y
Sarahí, que chuta hacia la portería pese a no tener una pierna como si fuera la mejor delantera.
“Han sido experiencias muy bonitas y yo le doy gracias a este tipo de discapacidades, doy gracias que me dio cáncer porque pude ver la vida desde otro punto de vista.”, comentó Sarahí.
Hoy llaman a todos aquellos que quieran vencer barreras físicas, pero sobretodo mentales para que se unas a “los Corsarios”, equipo de fútbol de Capultitlán para que le metan una goliza a la exclusión.