UAEMéx en tiempos de Venezuela
*Luis Durán*
El rector de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Alfredo Barrera Baca, salió esta semana a decir que la Reforma a la Ley UAEMéx estará abierta al diálogo, pero no su modificación, ya que fue avalada por unanimidad por el consejo universitario; confirmando así que la ratificación (reelección) para el cargo del rector y directivos de los planteles educativos será un hecho.
Pero para comprender de mejor manera la mímesis de esta obra llamada “Reforma Universitaria” tenemos que regresar en el tiempo un año atrás, cuando Barrera Baca compitió para la rectoría de la máxima casa de estudios mexiquense; irónicamente, él fue el único candidato que se postuló -demasiado extraño, ¿no?-, habiendo más de 2 mil trabajadores de la UAEMéx que contaban con todos los requerimientos para hacerlo.
Esta circunstancia -que sólo se había suscitado un par de ocasiones antes- permitió que el actual rector llegara a su cargo caminando, sin oposición alguna o figura que le permitiera retroalimentar las propuestas o ideas con las que llegaba; recordando que este hecho ocurrió antes de las elecciones de gobernador del Estado de México, cuando Eruviel Ávila Villegas, ahora senador, ocupaba el poder.
Independientemente de todos los señalamientos que hubo detrás de la elección de Alfredo Barrare Baca -dado que la institución siempre ha sido relacionada con los gobiernos de la entidad, y que llevan 89 años perteneciendo al mismo partido-, la disyuntiva surgió con el planteamiento de la Reforma Educativa a la Ley Universitaria de la universidad mexiquense, mejor conocida como Ley UAEMéx; donde los puntos que causaron más revuelo a la comunidad auriverde fueron los puntos de la ampliación del periodo del rector y del director.
Dicho incremento del cargo, de 4 a 6 años, se daría por la vía de la “ratificación”, derivado del ‘buen accionar’ de los titulares involucrados, además de ser respaldados por los sectores: estudiantil, académico y administrativo; pese a ello, se sabe que este rubro no se aplicará para quienes se encuentren actualmente en el cargo -puntualizando que este tipo de burocracia no actúa para el presente, sino en aras del futuro-.
Esta modificación provocó que un grupo inconforme, encabezado por Jaciel Montoya Arce, director del Centro de Investigación y Estudios Avanzado de la Población, se manifestara en la Cámara de Diputados para que el Ejecutivo del estado la rechazara; asimismo, Fermín Carreño Meléndez, ahora excoordinador del Centro de Estudios e Investigaciones en Desarrollo Sustentable -cerrado por “poco funcional”-, siempre señaló la poca transparencia con la que se llevó el proceso, que incluso fue puesto a consulta -peor que las de AMLO.
Sin embargo, la Reforma a la Ley UAEMéx pasó porque pasó, incluso al ser estigmatizada durante su entrega, que en primera instancia llegó hasta las manos de Alfredo Del Mazo, para que éste la ingresara al Legislativo antes del cambio de administración -PRI a Morena-, lo cual fue denunciado nuevamente por grupos de oposición universitarios, ocasionando que el mismo Barrera Baca entregara el documento personalmente para su aprobación, causando más inconformidades.
Cabe destacar que la Ley Universitaria no había sido modificada en los últimos 17 años, de ahí el pretexto de actualizarla, adicionando más requisitos para ser rector, cambio en el diseño legal de la Contraloría Universitaria -ya que la UAEMéx pasa por una crisis financiera ante los adeudos al ISSEMyM por más de mil 671 mdp, además de estar involucrada en la famosa ‘Estafa Maestra’-, y darle “representación” a los centros universitarios a través de consejos estudiantiles, entre otras cosas.
(Para muestra de cómo funcionan las cosas en la UAEMéx, cuando era estudiante en mi facultad se realizaron elecciones para el cambio de director, lo cual nos fue comunicado el mismo día de las votaciones y que absurdamente las dos candidatas pertenecían a grupos de poder dentro del plantel; por lo que la ganadora, a su llegada al cargo, cambió al personal administrativo, profesores y eligió al consejo estudiantil. Así de legal, trasparente y democrático funcionan las cosas.)
Con la presión que generaron algunos comités para dar marcha atrás a la Reforma de la Ley UAEMéx, obteniendo mesas de diálogo para la discusión de la misma, el rector tuvo el descaro de informar que la universidad no es una institución social o ayuntamiento, por lo que no es un terreno propicio para realizar elecciones a cada rato, ya que generaría inestabilidad académica -lo que parece imposible, ya que, actualmente, hay alumnos, docente y administrativos que ignoran los cambios que están por realizarse en la autónoma mexiquense-.
Quizá la única buena modificación será la de ya no otorgar reconocimientos honoris causa a servidores públicos, aunque la mayoría de los exrectores de la UAEMéx terminen -mágicamente- en dichos sectores, como: Jorge Olvera García, ahora titular de la CODHEM, o Eduardo Gasca Pliego, titular de la SAGARPA, o José Martínez Vilchis, titular del Comité Coordinador del Sistema Estatal Anticorrupción, o Rafael López Castañares, director del Ceneval.
Más años en el cargo de una dependencia no precisamente significa la continuidad y desarrollo de proyectos a largo plazo, ni mucho menos la modernización de estatutos o fortalecimiento de la vida democrática; menos si no se analiza adecuadamente la forma de llegar a él, las acciones realizadas durante el mandato y la proyección real que se tenga en pro de los universitarios.