jueves, abril 25, 2024
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Una vida en equilibrio

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*Aarón Dávila*

Foto: Ilustrativa.

Equilibrio es orden, y sin un orden especifico en nuestra manera de vivir, todo es desorden.

Aprendo a vivir para disfrutar a mi familia y las cosas bellas de la vida, entonces mi trabajo y todos los demás asuntos, tomarán su turno y grado de importancia en sintonía.

En cierto momento, al cerrar el día, nos cuestionamos si la vida que llevamos es la que originalmente quisimos tener, más aún, si nuestra rutina diaria se ajusta finalmente, a lo que en algún momento tuvimos en mente.

Es el momento correcto entonces de hacer un alto en el camino, y revisar lo que hemos hecho y lo que actualmente hacemos. Hasta el momento y comparado con el planteamiento inicial, ¿se parece en algo, a lo que se planteó como objetivo original?

Según señala Nigel Marsh, en su presentación en TED titulada “¿How to make work life balance work?”; ¿Cómo hacer que funcione el balance de la vida laboral? Es necesario hacer una pausa y evaluar nuestra existencia, hasta el momento actual.

Hemos descuidado la vida familiar, no hacemos deporte, dejamos a un lado a los amigos y ya ni hablar de cultura y arte. Puede que este, sea el momento correcto, para reevaluar el panorama y hacer un cambio.

Algo de vital importancia es saber, que el cambio depende de nosotros, porque ni la empresa donde trabajas ni el gobierno del país donde resides, lo hará por ti. Depende de nosotros como individuos, tomar el control y la responsabilidad del tipo de vida que queremos llevar.

Resulta particularmente importante entonces, descifrar los tiempos y las sazones de nuestra vida, tener claridad de las cosas que hacemos y hacia dónde vamos.

Ciertamente, encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida, en medio de una agenda apretada, puede parecer imposible. Sin embargo, hay maneras de lograrlo.

Para alcanzar un equilibrio general, primero debemos encontrar un equilibrio personal, es decir; si mi vida en lo personal, en un plano individual y profundo, no tiene equilibrio, entonces no hay forma de que logre establecer una línea a seguir, en el resto de las cosas.

Una mente libre de estrés, un corazón lleno de amor y una conciencia tranquila son los tres ingredientes básicos para lograr el equilibrio de nuestra vida.

– Una mente libre de estrés, es una mente renovada. Saulo De Tarso, mejor conocido como el apóstol Pablo decía: “Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente.”

 En primer lugar, señala la importancia de no adoptar o quedar atados o atascados que, probablemente sería la mejor expresión, a las costumbres de este mundo, tales como:

Engaño, traición, mentira, dolor, pobreza, miseria, desengaño, deshonestidad, corrupción, competencia desleal, indiferencia, falta de amor; pérdida de valores en general. (Parece que estuviésemos leyendo las noticias del día, ¿no le parece?)

 La opción entregada de inmediato, es transformarse, por medio de la renovación de su mente.

Es decir; esto es maravilloso, ya que habla ni más ni menos de la posibilidad de transformar nuestra mente, haciendo a un lado todos aquellos pensamientos de mal, de fracaso, de imposibilidad, de cansancio, de auto desahucio, y cambiarlos por pensamientos de bien, de posibilidad, de logros, de alcance, de objetivos, y nuevos motivos. Es decir; si existe amor suficiente en tu corazón, es posible el cambio.

Transformarse: La palabra griega que significa transformación, es raíz de la palabra española “metamorfosis”. El significado literal de la palabra griega es: “un cambio de forma”.

En el proceso metabólico, algún elemento nuevo, es introducido para reemplazar el elemento viejo, y echarlo fuera.

El cambio metabólico que resulta es la transformación. El elemento nuevo entra, y el elemento viejo es reemplazado y echado fuera, entonces, el elemento nuevo, llega a prevalecer.

Ahora; renovar la mente, por lo tanto, despojarnos de todo aquello que nos ha dañado: rencores, decepciones, desamores, fracasos, descuidos o, raíces de amargura, dejando los preceptos y costumbres actuales, de este mundo que nos tocó vivir, para así, tener la capacidad de entender con claridad, la propuesta de Dios para nuestras vidas, la cual es simple; vivir y vivir bien, en paz, llenos de amor, de cosas nuevas cada día, de verdad y justicia, de perdón y posibilidades de vida, de cambio constante y fortaleza.

Una vez que logramos el equilibrio personal, entonces, lo que sigue es a partir de ese equilibrio, que consecuentemente denota orden y estabilidad, darle a cada asunto restante de nuestra vida, su debido peso e importancia, no mezclando uno con el otro.

Así como tu vida necesita un espacio propio, tu familia entonces demanda el suyo también. De manera que, ¿por qué no dárselo? Nuestra familia, cada integrante en lo particular, cónyuge e hijos, necesitan un trato especial y un espacio dedicado.

Cuando estés en casa, no finjas, se verdadero, sin engaños ni encomiendas, disfruta cada instante, y cada uno, hazlo único en compañía de tus seres amados. Encuentra en tus espacios de familia, la posibilidad de sellar el pacto de amor y dedicación necesarios, cada palabra que viertas y cada actitud que derroches, vuélvelas acopio de amor y descanso, verás, que maravilloso resulta. La acción continua del amor.

Es así como, si estamos bien en lo personal y en lo familiar, el resultado obligado será un desarrollo profesional adecuado, libre de complejos, dispuesto a vencer todo obstáculo, y preparado para corregir y adecuar las cosas que se deban.

Lo mejor de tu vida, estará dispuesto para alcanzar los mayores retos y sí, efectivamente, la vida continua su paso, pero en equilibrio, llenos de paz y valores renovados, estaremos listos entonces y preparados, para enfrentar cualquier reto que se presente, dispuestos siempre para mejorar y alcanzar el mejor estado de nuestra vida. Una vida en equilibrio.

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