Crecen industrias clandestinas en San Pablo Autopan
*Melchor García*
Entre dolores de cabeza, malestares estomacales, pestilencia y contaminación por los malos olores, es como se han mal acostumbrado a vivir vecinos del barrio de Santa Cruz, en la delegación de San Pablo Autopan, al norte de Toluca; acusan desde hace poco más de un mes comenzó a operar de forma clandestina un rastro que les ha trastocado la vida.
La unidad económica con razón social “Distribuidora de Porcinos”, dicen, trabaja sólo durante las noches y madrugadas, periodo en el que los ruidos por la matanza de los cerdos, primordialmente, se ha llevado la pasividad de sus hogares.
“No dormir, el ruido el aceleramiento de los tractocamiones, aceleran, desaceleran, la chifladera de las personas, los tubos que están golpeando las jaulas, los puercos que están maltratando y obvio el chillar los puercos, pues no te dejan dormir, simplemente no.”, acusó Hugo García, vecino afectado.
Hace 13 años, acusan, la empresa intentó operar, sin embargo, en ese entonces los vecinos se opusieron y pudieron frenarla, pero hoy lamentan que con el cambio de la administración municipal han podido abrir sus puertas pese a las denuncias que han presentado, pues la indiferencia de las autoridades, dicen, es la constante.
“Nada, solamente pase al edificio A, B o C y no es conmigo, es con fulano, mengano, perengano y no hay respuesta; se les invitó a los encargados a tomar conciencia de que no podemos dormir, en los estómagos nos está haciendo daño la pestilencia y lo único es de que no estamos trabajando al 100%.”, reiteró el afectado Hugo García.
Advierten la contaminación de los mantos freáticos por los desechos que diariamente tiran al drenaje.
“Aquí hay muchos bebederos de agua, si tu escarbas a dos o tres metros de agua ellos tienen un pozo de más o menos de cinco por cinco, es el que están utilizando para lavar las jaulas de los trailers, yo creo que no están pagando ni agua.
A lo largo del último mes, Diario Evolución ha documentado al menos tres hechos similares de industrias tanto de recicladoras, concreteras y ahora este rastro, que crecen en afectación de esta comunidad al norte de Toluca sin que el ayuntamiento o la Procuraduría de Protección al Ambiente haga algo para verificar el estatus de cómo operan, pese al daño a la salud de las familias, convirtiendo a la zona en un polvorín por la inconformidad social.
“Aquí hay muchas fábricas clandestinas que están trabajando, no se si con permiso o sin permiso, el chiste que nos están perjudicando en estas zonas, están metiéndose muchas empresas y francamente es contaminación. No dejan dormir y con ello miles de factores.”, acusa el afectado.
