miércoles, marzo 27, 2024
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Del Chisme y sus secuaces

*Aarón Dávila Payán*

Foto: Ilustrativa.

El vocablo griego schísma derivó en el latín schisma, que llegó al castellano como chisme. Se llama chisme a un rumor, un cotilleo o una habladuría que suele difundirse de boca a boca, muchas veces con el objetivo de criticar a una persona.

La murmuración es una actividad humana que consiste en hablar de alguien o algo, tan bien como mal, aunque generalmente de forma desfavorable, sin que la persona en cuestión esté presente. Algunos sinónimos de murmuración son habladuría, comadreo, rumor, chisme o cotilleo, siendo este último del ámbito coloquial.

El chisme es tan antiguo como el mundo y, hasta el filósofo griego Epícteto, se ocupó de él dando un sabio consejo; Si te vienen a decir que alguno ha hablado mal de ti, no te empeñes en negar lo que ha dicho; responde solamente que no sabe tus otros vicios, y que, de conocerlos, hubiera hablado mucho más.

El sabio Salomón decía que: “La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta.” “El de labios mentirosos disimula su odio, y el que propaga calumnias es un necio.” Y aún añade: “El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos.”

Vaya que terrible asunto, ese pequeño órgano, la lengua, es capaz de provocar grandes incendios, desestabilizar vidas, sociedades y sistemas.

Cada una de las características del chisme, involucra destrucción, maldad, celos, provocación ira, contienda, desencanto, enemistad, etc. La pregunta ahora es: ¿Quién tal hace, al hacerlo esta consiente del mal que provoca un chisme? Y de ser así; ¿Qué puede causar que una persona sea capaz de desear tanto mal a su prójimo?

En general, en todas las lenguas, el chisme está asociado de alguna manera a la maledicencia. Como si conllevara casi siempre esa porción de veneno, como si fuera un recipientito; que transporta una idea teñida de hostilidad.

Lo que más impacta en todo caso es que, el chisme por general se presenta en paquete, quien lo lanza y quién lo recibe. Esto permite al primero aducir su acción, culpando al otro.

Es decir, el chisme o murmuración siempre actúa en lo oscurito, en lo engañoso o incierto pero envuelto en paño de seda para hacerlo atractivo y tal como lo decía Salomón en espera de la consecuencia y su secuela.

Queda claro entonces el pacto establecido entre quien lanza la primera canturrea, al final un tipo de endecha sobre de quien se hable y quien la difunde.

Sólo un corazón lleno de raíces de amargura, vacío, estéril, duro, puede habituarse a tales acciones de maldad.

¿Qué le sucede a la víctima del acto chismoso? ¿Por qué, algunas veces, el puñal se clava tan profundo que llega a rasguñar la delicada membrana de la intimidad?

Verdaderos o falsos, puestos a rodar, estos dichos ponen en boca de otros algo que nos afecta profundamente. Freud habló de ciertos aspectos del psiquismo que, naturalmente, deberían permanecer al margen, guardados y no revelados.

Finalmente, para no alargar más este tramo o trama, efectivamente, el chisme, es una llama que se enciende sin prejuicio alguno y esta llama es difícil de apagar, apartémonos de tales prácticas y más aún, de quienes suelen usar la vida de otros para tratar de dar brillo a la suya propia.

Siempre será mejor, el respeto, la paz y la integridad de corazón.

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón…

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