viernes, abril 19, 2024
CulturaMunicipiosNacionalesOpiniónPolíticaPortada

El valor de la paciencia

Compartir:

*Aarón Dávila*

Foto: Ilustrativa.

La paciencia es un valor maravilloso. Representa la capacidad de aprender a esperar por alguien o por algo, se refiere también a la entrega y la calma con que se persigue un objetivo.

La paciencia va más allá de tan solo saber esperar, tiene que ver más bien con el estado que se tiene al buscar alcanzar algo o llegar a algún punto deseado, hablando del estado anímico, mental o espiritual.

Aun cuando la paciencia pareciera una obra de un solo acto, no lo es, en todo caso, representa un valor que se ejercita diariamente, con insistencia sus atributos, tales como: el ejercicio de la tolerancia, la persistencia, la determinación, el arrojo, el ahínco, inclusive el respeto.

Leí un ensayo hace un tiempo, referente a nuestro tema, que se publicó en la editorial de la revista SPECTRUM (Community through conversation) y me gustaría compartirles una parte, si así me lo permiten.

EL SIGNIFICADO DE LA PACIENCIA.

Odio cuando alguien me dice: “Gracias por su paciencia”. Por lo general, significa que tengo toda la razón para ser impaciente, y que alguien está tratando de que tenga paciencia cuando no tengo ganas de tenerla.

Demorada en un aeropuerto en tiempo de Navidad, y sin poder hacer nada al respecto, me impacienté frente a la incompetencia de los empleados de la aerolínea. ¿Quién no? Después de todo, ¿no es la impaciencia frente a la injusticia algo bueno?

Cuando Pablo habla de la paciencia (makrothumia) como uno de los frutos del Espíritu, quiere decir algo diferente a esperar tranquilamente cuando se puede hacer algo. Lo que quiere decir es que el Espíritu inspire en nosotros la persistencia y el equilibrio. Los pacientes persisten en hacer lo que es bueno y correcto, hasta que logran lo que pretenden lograr. Con el fin de hacer eso, las personas pacientes se concentran. No se las puede alejar de sus metas y convicciones centrales.

Por ejemplo, un antiguo escritor dijo una vez que la clave del éxito de Roma fue su “política y su paciencia”. Por paciencia el autor se refiere a la cualidad romana de la persistencia en la búsqueda de la victoria, sin hacer jamás la paz en la derrota.

Otro ejemplo se encuentra en la vida de Abraham. Dios le prometió un hijo y esperó pacientemente, de acuerdo con Hebreos 6:15, hasta que recibió lo prometido.

Podríamos afirmar que Abraham era cualquier cosa menos paciente, porque aceptó la idea de Sara de juntarse con Agar, que resultó en el nacimiento de Ismael. Sin embargo, esta objeción ignora el hecho de que, incluso al juntarse con Agar, confiaba en que Dios le proporcionaría un hijo. Siempre Abraham se concentró en la promesa de Dios.

La lengua griega tiene otra palabra, más interesante, para denominar a la paciencia-hupomonē. En contraste con makrothumia, que despreciaban, los griegos vieron hupomonē como una gran virtud, ya que describe una resistencia valiente que desafía el mal.

Lejos de ser pasiva, esta cualidad implica una resistencia activa a los poderes hostiles. Describe a un soldado herido que soporta el dolor y sigue luchando contra el enemigo.

Se refiere a la capacidad de una planta para vivir en circunstancias difíciles y desfavorables. Describe a un hombre que ama el honor más que nada, y se mantiene firme frente a aquellos que lo persuaden para actuar deshonestamente.

En resumen, se trata de una “constancia de conquista”; firmeza frente a la presión para rendirse. En el concepto griego, no había garantía de victoria o conquista. La firmeza frente al mal era admirada, prevaleciera o no.”.

Que interesante todo lo que expone este ensayo, descubre a la paciencia como un valor profundo y definitivamente adecuado para los tiempos presentes.

Es justo este tipo de valor, el que nos ayuda en tiempos de crisis, del tipo que sea esta, lo importante es tener la claridad de que, saber esperar, sin perder de vista el objetivo por alcanzar, con esperanza, bien fortalecidos y determinados a llegar, hará la diferencia.

La paciencia es ese valor que te sostiene y que calladamente, paso a paso, día con día y a pesar de todo si haces acopio correcto y suficiente de él, te permitirá llegar a donde quiera que te propongas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *