jueves, marzo 28, 2024
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¿En verdad es posible?

*Aarón Dávila*

Foto: Ilustrativa.

Probablemente en muchas ocasiones enfrentaste la decisión de emprender un nuevo camino, cansado de caminar el mismo tantas veces, seguramente, debido o a consecuencia, de no haber alcanzado los objetivos deseados o, sentirte extraviado, en cuanto a las expectativas originales que te planteaste, que seguramente han sido muchas, a consecuencia de ello, una y otra vez te preguntas temeroso ¿en verdad es posible?

¿Es posible cambiar? ¿Es posible dedicarme a otra actividad? ¿Es posible encontrar nuevas opciones de vida? La respuesta a cada una de esas preguntas es ¡sí! Es posible.

En verdad debo decir que no solo es posible, sino en ciertas ocasiones necesario. Saben que en forma imperceptible, vamos perdiendo de vista el objetivo original, esa idea o deseo que inicialmente nos movió y nos llevó o género en nosotros, el impulso necesario para iniciar el camino hacia un estado mejor.

Hacia donde dirijamos nuestro camino o nuestra vida, es un asunto que debemos tratar con verdadera seriedad. 

Es bueno y además recomendable, de cuando en cuando, detener un momento nuestro andar, para revisar la condición de nuestra vida, en todos los temas de ella, como individuo en el plano más profundo, como integrante o cabeza de familia, como empresario o empleado, como amigo o compañero, en fin, todo en acuerdo a la posición en la que me encuentre en el tiempo actual y por supuesto, en relevancia a los sucesos presentes.

La introspección de nuestra vida es necesaria, con humildad, con dedicación, con deseo profundo de encontrar todas aquellas cosas que necesariamente debemos cambiar o reforzar, dejando claro que no todo es equivocado; la introspección u observación de nuestra vida nos permite ver, tanto lo que ha resultado positivo y siguió el rumbo original propuesto, como lo que requiere un ajuste o un cambio definitivo.

Los valores nos permiten ver, lo que dejamos de ver, sentir lo que ya no sentimos y amar lo que hemos dejado de amar.  

Los aciertos confirman que el planteamiento original era correcto y en el caso contrario, los desaciertos o fracasos, muestran con claridad que es tiempo de cambiar o corregir el rumbo que llevamos.

En tiempos de crisis, la soledad es abrumadora, perdemos fácilmente el norte, el estrés y el afán nos agotan, pero es precisamente en momentos tales, que apoyarnos del amor de la familia, de los valores que nos formaron y por supuesto de Dios mismo, harán la diferencia.

Cuando el reinado de David finaliza, llega el turno del reinado de Salomón; Salomón, se presenta delante de Dios en un clamor profundo, buscando su guía, para la tarea que le había sido encomendada. 

Dios responde con agrado a Salomón diciendo: “Ahora dime, ¿qué quieres que te dé para reinar y gobernar a mi pueblo? Pide lo que quieras que yo te lo daré” a lo que Salomón respondió: “Solamente una cosa pido, sabiduría y ciencia” (paráfrasis) 

Salomón, ciertamente pudo pedir cualquier cosa, grandes riquezas, un poderoso ejército, bellas mujeres, todo lo que es atractivo a la vista, al tacto y al gusto, pero él decidió, pedir tan solo una cosa “Sabiduría y ciencia” 

Probablemente si a nosotros nos hicieran esa misma pregunta, nos quedaríamos con las riquezas y el poder o la representación del mismo, esa es la naturaleza humana, pero insisto; ¡sí! es posible. 

Cambiar nuestra forma de pensar, lo que no causa efectos positivos en nuestra vida y todo aquello que nos aleja del objetivo original, es susceptible de cambio y de mejora.

Entonces, lo verdaderamente grave en este asunto es que no o nunca, hubiésemos establecido un objetivo y que simplemente hallamos caminado sin rumbo todo este tiempo.

Pensemos ahora, en lo que nos movió a casarnos, o aquel pensamiento que nos motivó a estudiar una ingeniería, o ¿que sentimos al concretar nuestro primer negocio?

¿Cómo van las cosas en tu vida personal? ¿Qué tal todo en casa? ¿O en el trabajo? ¿Has experimentado ansiedad, o desajustes? o más aun, ¿sientes que ya no formas parte del circulo principal?

“Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre;
Él nos guiará aún más allá de la muerte.”

Este es un Salmo maravilloso que deja claro que nunca estaremos totalmente solos en el camino. Dios siempre estará a nuestro lado guiándonos, amándonos, siendo un buen refugio para nosotros, a cada paso del camino.

¡Es posible! Si cuando nos sentimos a punto de explotar, de rendirnos y no seguir intentando, de no soportar más, hacemos un alto, respiramos profundo y volvemos la mirada hacia un lado y el otro, descubriremos, lo cerca en verdad que están de nosotros, la familia, los amigos y tantas y tantas cosa bellas y significativas por vivir, esto, hará la diferencia.

Qué bueno sería poder regresar el tiempo y repetir cada paso que hemos dado, corregir nuestros errores y volver a intentar, pero no es posible, lo que sí es posible, es revisar con profundidad con amor y con verdadero interés los hechos de nuestra vida, corregir lo que se deba y continuar caminando, pero con paz, con amor y con verdad.

No tratemos de vivir la vida como fast food, vayamos despacio, paso a paso como decía el bardo, que primero Dios aun vendrán muchos días buenos por vivir.

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