jueves, abril 25, 2024
Opinión

Los abuelos

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*Aarón Dávila*

Foto: Ilustrativa.

Quiero compartirles que yo me estrené como abuelo hace dos años, fui testigo del nacimiento de mi primera nieta, una pequeña y hermosa bebita, nuevecita, 0 kilómetros; para mí, convertirme de la noche a la mañana, a los 51 años de edad, en abuelo ha resultado una experiencia totalmente nueva, sorprendente y maravillosa.

Ahora, a mis 53 años, por segunda ocasión, estoy sosteniendo en brazos a mi segundo nieto, un varoncito lleno de vida y salud que, desde su llegada a esta agitada vida, trae consigo alegría y esperanza.

Así que, desde que me convirtieron en Abuelo, he concentrado mi atención en meditar acerca de cuál debe ser mi misión en torno a este nuevo nombramiento.

Primero que nada, he debido entender quiénes son los abuelos y para qué fueron llamados, y muy importante, tener claro, además, qué papeles juegan en la familia.

Comencemos por entender quiénes son los abuelos. Etimología de la palabra abuelo surge del latín ‘avus’ y este de ‘atavus’, que significa de los antepasados.

En algunas culturas se les refería como: el gran papá, en inglés grand pa; en algunos lugares de América, en forma coloquial, se les llamaban tata, forma respetuosa de llamar al papá o al abuelo.

Es importante señalar que los Abuelos no necesariamente deben ser adultos mayores, existen abuelos, como es mi caso, menores a los 60 años, de hecho, cada vez es más común encontrar abuelos jóvenes, por así llamarlos, y por qué no sería, si cada vez es más común encontrar papás menores de la edad adulta.

Los abuelos son los grandes historiadores de la familia, son los responsables de hacer que trasciendan los hechos y obras de cada grupo familiar.

Su legado, entonces, nada tiene que ver con lo material o lo económico, es más bien un legado generacional, rico en experiencias, historia y sapiencia de vida.

No sé si han experimentado aquella sensación maravillosa, cuando al entrar a la casa de los abuelos y recorrer sus paredes, llenas de retratos de Familia, o de los eventos familiares, de los parientes, de los hijos y el inicio de sus propias historias, de los grandes amigos, los que aún están y los que ya han partido.

Esos muros, esas repisas, esos estantes, llenos de fotos, imágenes y sensaciones inolvidables, momentos y tantos recuerdos, solo los encontramos en la casa de los abuelos.

Sus fotos de antaño son imágenes de historias interesantísimas de personas, eventos y costumbres; entre sus fotos sucede que en ocasiones encontramos una verdaderas sorpresas, algo que nadie sabía o tal vez algún suceso ya olvidado por muchos.

Y qué decir de sus cajones o su clóset, recordamos aquella canción del gran Francisco Gabilondo Soler que se intitula ‘El Ropero’. La verdad es que, decía un buen amigo haciendo referencia a esta canción, se acabaron las cabecitas blancas.

Dejando ver que el oficio de abuelo cada vez se desempeña a más temprana edad, lo cual evidentemente implica que la narración histórica se vuelva crónica, y dé inicio anticipadamente.

¿Qué papeles juegan los abuelos en la familia? El abuelo tiene una misión divina, una encomienda sin igual. “Instruir”, asegurarse de transmitir el conocimiento y experiencia que la vida les ha dejado a sus hijos y a los hijos de sus hijos.

Salomón, el rey sabio, decía en uno de sus proverbios: “El orgullo de los padres son los hijos; la alegría de los abuelos son los nietos.”.

El orgullo, si nos centramos en la connotación positiva del término, se vincula al respeto y a la valoración que un hombre tiene de su propia persona o de un ser querido, algo que está relacionado a su intención de vivir, de acuerdo con sus valores.

Por su lado, alegría es un estado de gozo o contentamiento, lo que te motiva y da paz. Narrar las historias a los que están y preparar el sano conocimiento de la vida a los que habrán de venir.

Algo muy importante por decir, y más allá de lo que muchos creen, es que los abuelos no son niñeras ni tampoco los responsables de cuidar a los hijos, pero evidentemente para los abuelos cuidar o estar en compañía de sus nietos es una ocasión que nunca desaprovecharán.

Amo a mi nieta entrañablemente, pero sigo pensando que lo más rico de ser abuelo es que al final del día puedes entregar a tus nietos con sus papás y dejar que ellos se hagan responsables de su educación; ya me haré cargo yo de consolidar su lugar en esta historia.

Los abuelos son el pilar de las familias, cronistas de nuestras propias historias, pero sobre todo ejemplo, virtud y sosiego.

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