viernes, abril 26, 2024
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Maestros en la trinchera en su día

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*Melchor García*

Foto: Melchor García.

“Yo también te quiero y te extraño mucho, yo sé que extrañas mis regaños, espero le estés echando ganitas o estés leyendo, porque si no si te voy a regañar, échele muchas ganas y espero ya verte pronto, besitos un brazo.”: Es el mensaje, hoy de voz, que comparte Leticia Mejía, maestra de educación primaria con uno de sus 65 alumnos; en el marco de la pandemia y las clases presenciales suspendidas, lucha por mantener a la distancia el proceso de enseñanza que le permita a sus pequeños escapar de la emergencia.

Este viernes, Día Del Maestro, advierte fue distinto a lo vivido durante sus 23 años de servicio. No hubo festejos, no hubo ceremonias, ni reconocimientos, pero sobre todo falta abrazos de sus alumnos. El contacto, reconoce falta de las dos partes.  

“Están acostumbrados al contacto con los maestros, están acostumbrados a la maestra y abrazarte, me acuerdo, están acostumbrados a que tu estas ahí para apoyar de manera física, para darles a veces no tanto conocimiento, yo creo que, si me entienden, extrañan eso, maestra te extraño, ya quiero regresar a la escuela.”, es el mensaje que recibe y manda la Leticia Mejía, maestra de educación primaria.

La emergencia sanitaria, dice, no sólo suspendió las clases, puso en prueba a todos, maestros alumnos, y hasta padres para incorporar la educación a distancia la cual reconoce las escuelas no estaban preparadas.

“Se vive miedo, te puedo decir que tal vez por experiencia propia tuve la oportunidad de estudiar ingeniería en sistemas computacionales, pero por situaciones de vida digamos que estoy un poco familiarizada y aun así nos enfrentamos al miedo, el miedo de cómo me conecto, y si le doy aquí y borro, y ya cortaste la llamada nos enfrentamos al miedo.”, dijo la maestra.  

Superar la barrera tecnológica no es el mayor obstáculo, lamenta, sino que los pequeños cuenten con las herramientas de la información para hacer efectivo el proceso, muchos no cuentan con una computadora en casa, ni mucho menos una conexión de internet.

“Hice una encuesta, pregunté qué papás cuentan con internet en casa, son pocos algunos hacen al favor de ir con familiares y me conecto con los niños al menos para de manera virtual vernos una vez a la semana o para hacer actividades básicas.”.

Al compromiso de ser maestra y llevar la enseñanza a la distancia, dice, se ha sumado compaginar sus actividades como mamá, y esposa.

“A veces yo estoy aquí conectada y tú me ves levantando cosas, cuidando el bebé, a veces el bebé quiere estar con su mamá, la otra situación a la que nos enfrentamos es que cuantos equipos tenemos, la mayoría de los maestros tenemos uno, no en muy buenas condiciones, en ocasiones y pues viene el pleito con la hija y con los hijos de mamá tengo que entregar tarea, mamá yo tengo clase en línea, entonces ha sido un poco complicado un mucho complicado esta situación.”, Leticia Mejía, maestra de educación primaria.

Pese a lo complicado del escenario llama a los niños a ser pacientes. Les recuerda que es momento para reivindicar la unión familiar, y para que los padres reconozcan las fortalezas y debilidades de sus hijos.

“Mis niños tengan mucha paciencia, ya saben que los amo, que los extraño, que extraño ese inicio de saludo de la semana, de cómo quieres que te salude con abrazo beso, saludo, chócalas, los extraño, seamos pacientes todo es por nuestro bien para poder vernos el día de mañana.”, señalo la maestra.

En el marco de un escenario sombrío y un cambio radical en la enseñanza afirma si volviera a nacer, sería maestra una y mil veces.

“Jamás, dicen por ahí que si volviera a nacer volvería a decidir ser maestra, siempre lo voy a presumir, es la mejor carrera, es la carrera más humana, es la carrera que toca corazones y es la carrera que transforma vidas, y volvería no importa que cruces ríos como maestros que tienen que estar trabajando dos o tres horas para llegar, el ser maestro no se compara con nada.”, finalizó Leticia Mejía, maestra de educación primaria.

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