jueves, marzo 28, 2024
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Violencia estructural desde instancias de gobierno

*Melchor García*

Foto ilustrativa.

En el Estado de México continuarán los linchamientos y el surgimiento de justicieros anónimos, avalados y protegidos por la sociedad, pues el hartazgo y la poca credibilidad de las autoridades son el resultado de los miles de crímenes que se comenten en la entidad mensualmente y cuya mayoría continúa impune.

Lo anterior lo considera así Natalia Ix-Chel Vázquez González, investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), al tiempo en que señala que esta manera de buscar justicia no sólo vulnera el estado de derecho, sino que generaría en la sociedad mexiquense mucho más caos y que se pierda el límite de lo correcto y lo incorrecto.

“No es lo correcto, no estamos analizando las causas de esta violencia, de los asaltos que ha habido en los autobuses, es un problema de violencia estructural que obedece a las necesidades, no solamente de quienes están ejecutando o están haciendo estos actos delictivos, sino que el Estado tampoco está cumpliendo con la seguridad”.

En ese sentido, la investigadora, especializada en estudios para la paz, considera que, cuando aparecen los justicieros anónimos, pero -además- un sector amplio de la población que los apoyan, es cuando uno se cuestiona hasta qué punto la violencia está integrada en las vidas cotidianas.

“Es complicado porque no es un asunto de una sola institución, me parece que las políticas públicas, que han sido encaminadas a la seguridad, no han sido las más adecuadas, de repente tenemos una telaraña de problemas que abordan desde la delincuencia hasta el crimen organizado, y parece que ambos se entretejen, y que las instituciones no dan respuesta”.

Cabe resaltar que el artículo 17 de la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos rechaza cualquier intento de la población de apropiarse de la justicia ni ejercer violencia para reclamar su derecho, por lo que, en caso de ser identificado y capturado, este vengador anónimo podría enfrentar una pena de hasta 240 años de prisión.

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