viernes, abril 26, 2024
Municipios

Agricultura urbana, movimiento de sustentabilidad

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*Melchor García*

Foto: Especial.

¿Usted sabe de dónde provienen los alimentos que consume?, ¿conoce con qué agua riegan los frutos que le gustan? o ¿con qué químicos abonan los vegetales en su mesa?, si respondió negativamente, al menos a dos de estas tres cuestiones, tal vez la agricultura urbana sea una opción para usted.

Así lo dice Ireri Eliza Origel, antropóloga social, impulsora del proyecto Sabe Tierra Huerto, el cual alienta esta práctica como alternativa para enverdecer la ciudad, pero no sólo de una forma estética sino funcional; es decir, cultivando nuestros alimentos desde casa en nuestro entorno urbano, con huertos traspatios que nos alimenten a partir de generar conciencia. Esta nueva educación alimentaria, afirma, nos permite reconectarnos con aquello que comemos.

“El porqué de sembrar desde casa, sino es la totalidad de tus alimentos, por lo menos un 30 o un 50% nos ayuda a disminuir costos, nos ayuda a establecer un lazo más estrecho con nuestro alimento y profundizar con el tema de dónde viene, cómo está sembrado, que muchas veces desconocemos, somos ignorantes al tema de un simple aguacate, cómo se produce un aguacate, de dónde viene, es una raíz, ese tipo de cuestiones son las que busca la agricultura urbana.”, expresó.

Adoptar esta filosofía orgánica, señala, no es complicado ni costoso, sólo falta dar el paso para generar prácticas ambientales respetuosas, superando el tabú del manejo de la tierra; toda vez que solo son necesarios recipientes, semillas, composta, agua, una capacitación oportuna y muchos deseos de disminuir la huella ambiental que generamos, desde muros verdes, contenedores y huertos comunitarios.

La creatividad y las ganas de producir nuestros alimentos, afirma, nos pueden llevar a tener resultados en los primeros tres o seis meses.

“Los invito realmente a meter las manos a la tierra, a experimentar el hecho de sembrar, insisto, la mejor manera a nivel urbano es un poco difícil; de principio sembrar la totalidad de nuestros alimentos, pero el hecho de que tú ya empieces a generar esa conciencia es lo que nos va ayudar a cambiar nuestra educación, de la educación alimentaria, de la educación ambiental.”, aseveró.

Hoy, desde Casa Espora, en Toluca, alienta el impacto benéfico en nuestra alimentación y nuestro bolsillo, a partir del beneficio hacia nuestro entorno ambiental, al recuperar un espacio verde suprimido por el concreto.

“El regenerar ciertas zonas donde tu vives, al principio veías que la tierra estaba muy mala, que no había vida que no había insectos que no había aves y de repente empieza ver como ya llegan ciertos tipos de insectos, colibrís, catarinas.”, compartió.

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