En vísperas del Guinness, la “Osita Xonita” llegó al estadio de futbol
*José Ángel Gutiérrez*
Con júbilo de los productores y toques finales en espera, “Osita Xonita” llegó este miércoles al estadio Gustavo A. Vicencio del municipio de Xonacatlán, con el fin de iniciar el proceso de relleno, rumbo a la conquista del récord Guinness del oso de peluche más grande del mundo.
Marco Alanís Hernández, director del proyecto, acompañado por cerca de 45 de los 60 productores protagonistas del armado, colocaron la figura plana sobre un templete acondicionado con alfombra verde, donde la plantilla sin relleno posó por alrededor de dos horas.
Motivados por lo venidero, los productores no se amedrentaron ni por el proceso ni por el abrazador calor, así que prosiguieron el trabajo para la consumación de la osita, que será presentada ante público y autoridades este 28 de abril en el estadio de la demarcación.
El cuerpo del mamífero lució un elegante material en color miel, así como un vestido y moño en tonos fiusha, blanco y rosado, ya con la mayoría de detalles cuidadosamente aplicados por bordadoras y productoras, quienes han laborado con la figura desde febrero pasado.
Se pudo percibir la presencia de titulares de talleres encabezadas por Aida Lazcano García, Marlén Carlos Bustamante, Felipe González, Graciela Juárez y Gloria González, entre otros, quienes se encargaron de desplegar la plantilla para verificar las dimensiones.
Entre los propios productores trascendió que “Osita Xonita”, figura inspirada en el modelo de la “Osita Dormilona”, medirá más de los 20 metros previamente calculados, con el peso no muy variable de las 40 toneladas anunciadas desde el inicio del ensamblado.
Con el propósito de evitar daños por los rayos del sol, los protagonistas enrollaron nuevamente la plantilla, en espera de la caída de la estrella mayor y continuar la actividad, especialmente del relleno de delcron, que se realizará en la propia cancha empastada.
Productores hombres y mujeres, así como el director del proyecto esperan superar las expectativas en las dimensiones, con la mira fija en la labor de los verificadores del libro de récords Guinness, de quienes aguardan la certificación como autores del peluche más grande del planeta.
