viernes, abril 26, 2024
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Explosiones de dinamita en un cerro de Xonacatlán deterioran casas y un ecosistema

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*José Ángel Gutiérrez*

Vecinos de las delegaciones Zolotepec y San Antonio viven con zozobra porque hay daños en sus viviendas y corte inmoderado de árboles en la serranía, donde día y noche no paran detonaciones para alistar un terreno destinado a construcción. Fotos: Especial.

Pobladores afincados en el límite de Zolotepec y San Antonio, delegaciones pertenecientes al municipio de Xonacatlán, viven con zozobra porque cotidianas explosiones con dinamita trastocan sus viviendas y destruyen la ecología en una serranía localizada en esta región.

El cerro, “presunta propiedad” de Grupo Contadero, empresa dueña del relleno sanitario y Mina Paulina de la aledaña delegación Mimiapan, se ubica en carretera de acceso a esta localidad, esquina con Ojo de Agua, división de Zolotepec y San Antonio, donde se cortan árboles de manera inmoderada.

De acuerdo con habitantes, la dinamita se detona durante el día y noche, con el fin de alistar el terreno para una construcción de grandes dimensiones.

“Nosotros vivimos a escasos metros. Cada que se hacen detonaciones se cimbran las casas y parece se van a romper los cristales; en mi casa empiezan a aparecer grietas.”, refirió una vecina, quien añadió que hay trabajos nocturnos cuyo ruido trastorna las horas de descanso.

Versiones vecinales citan que el terreno fue adquirido por José Francisco Díaz Vega, de Grupo Contadero, quien conserva en función el relleno, el cual es un foco de contaminación que afecta a vecinos de Mimiapan y del barrio Los Mesones.

Otro poblador cuestionó la legalidad de esa construcción, al notar apremio de los trabajadores por su culminación, sobre todo al emplear dinamita y extendidos horarios de trabajo, así como por talar muchos árboles al paso de las máquinas.

Una de las afectadas, quien radica a metros del sitio, acudió al Ayuntamiento de Xonacatlán para exponer la situación, aunque no halló respuesta por parte de la dirección de Desarrollo Urbano, cuyo titular la envió a una dirección inexistente.

“Estoy seguro que no existe un estudio de impacto ambiental, previo al trabajo que realizan los dueños de la mina. (…) Algunas viviendas ya presentan afectaciones estructurales y puede crecer el problema.”, observó otro habitante.

Un ciclista de montaña estimó que la fauna también sufre estragos, en especial, porque tras la remoción de tierra, se notan serpientes de cascabel fuera de su territorio; inclusive, él mató a una por accidente con la llanta de su bicicleta.

“Qué lástima que las autoridades no hagan algo, ahorita les importan más sus p… campañas y no ven que destruyen nuestro pueblo.”, lamentó otro habitante.

Una de las incógnitas es conocer quién o qué autoridad permitió estos trabajos, pero sobre todo conocer por qué una colina es propiedad privada.

“Pepe Díaz no tiene ni papeles (documentos que acrediten la propiedad) de este cerro, pero como siempre sobornó a las autoridades para que lo dejen trabajar.”, concluyó una pobladora.

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