viernes, abril 26, 2024
Opinión

Mejor tarde que nunca

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*Aarón Dávila*

Foto: Ilustrativa.

Al concluir un año, dejamos atrás una larga lista de asuntos, algunos por concluir, otros más, listos para ser evaluados y desafortunadamente, muchos que nunca pudimos iniciar siquiera, aunque, en honor a la verdad, es mejor no iniciar algo que dejarlo a medias o sin terminar, en franca acción procrastinadora.

Pues bien, tanto el inicio de un año como su término, deja al descubierto nuestras intenciones, así como nuestras decisiones. Tengo la intención de hacer tal o cual cosa o, estoy decidido a hacer tal o cual cosa. Intención propone, decisión dispone. 

Voluntad de Dios, por ejemplo, es que nos vaya bien en todo y que gocemos de una vida plena y en equilibrio. “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.”.

Los ángeles que aparecieron a los pastores dijeron: “Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían:

!Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, ¡Buena voluntad para con los hombres!”

Buena voluntad o mala, voluntad de hacer o de tener, voluntad de ir o de llegar, voluntad de amar o perdonar; voluntad de dar inicio o fin a las cosas, voluntad de cambiar o seguir igual, en fin; todo abre o cierra ciclos, mantiene nuestra mirada atenta y nuestro corazón expectante.

Cerca está ya el cierre de otro año, seguramente muchas de las experiencias vividas forjaron en nosotros, nuevos motivos y con estos nuevos caminos por andar. 

Probablemente muchas de estas experiencias vividas nos dejaron incertidumbre, tristeza o desconsuelo. Pero, con todo amor te digo querido lector o lectora que, a pesar de todo, la vida seguirá su curso, si levantas el ánimo encontrarás que, a la vuelta de este año, llegará, sí así es la voluntad del Padre, uno enteramente nuevo, con muchas páginas por escribir, muchas nuevas historias por vivir y muchos nuevos motivos por qué seguir.

 Entonces, es mejor decir, -“¡Mejor tarde que nunca!- Si no llegó este año, llegará el siguiente, sin conformismo, pero sí con mucho entusiasmo y esperanza de saber que todo es posible en su voluntad.

Muchas gracias.

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