sábado, abril 27, 2024
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Próxima crisis de agua obliga atención al líquido de lluvia

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*Melchor García*

Foto: Ilustrativa.

El aprovechamiento del agua de lluvia para la recarga de acuíferos genera beneficios diversos, como la conservación de las fuentes de agua, generación de áreas verdes y espacios de recreo, mejora de zonas públicas, aumento del valor de la propiedad y recuperación del hábitat; sin embargo, ni municipios, mucho menos gobiernos estatales, desarrollan infraestructura del tipo en edificios públicos ni alientan incentivos fiscales para que las familias los desarrollen en sus hogares.

De acuerdo con Mirian Rivera, investigadora de la Facultad de Planeación de la UAEMéx, es urgente alentar por el crecimiento de las metrópolis en el Estado de México, el urbanismo sustentable; es decir, la planeación de calles con bajo impacto hidrológico.

Indicó que para lograr los cambios se requiere de un énfasis en la planeación y diseño de nueva infraestructura para las calles, donde su visión sea más sustentable y lo principal sea una iniciativa que aumente las reservas de agua, a la vez que reduzca los riesgos ocasionados por inundaciones y los problemas en el sistema de drenaje en la temporada de lluvia.

Explica que la infiltración natural de agua de lluvia toma los escurrimientos de aguas arriba o los de la superficie para dirigirlos a zonas de infiltración que pueden ser a cielo abierto: lagunas, humedales, barrancas, cuencas, presas o canales. Con ello si en las zonas urbanas y donde se tiene poco espacio, dice, se hiciera lo contrario y se aprovechara el agua de lluvia de techos y calles, para que después de un proceso de limpieza se infiltrara de forma adecuada, se podrían aumentar las reservas de agua y así evitar la crisis hídrica de la ciudad.

“Si se llevara a cabo un programa de gestión del agua de lluvia en el que se aprovecharan los primeros 19 mm de cada evento de lluvia y estos captados e infiltrados en todas las superficies, se podrían infiltrar 47.3657.026 m³ por evento, que, si se multiplica por la cantidad promedio de eventos de un año, podría sumar 712.952.503 m³, el agua suficiente para 1.5 millones de personas.”, refirió.

El proyecto de infiltración en la ciudad en casa familiar, dijo, consistiría en utilizar el césped que rodea la vivienda para recolectar el agua que cae de techos y calles, además, otra parte del escurrimiento de las calles es dirigido a un pozo seco para su almacenamiento y una fracción del agua de los techos se almacena en una cisterna para irrigación.

“En el parque público se diseña un proyecto para infiltrar los escurrimientos de un estacionamiento y los pasos peatonales cercanos. El sistema de captación consiste en unos recolectores a los que se dirige el flujo superficial de unos canales que se encuentran a los lados del estacionamiento. La descarga es conducida a un sistema subterráneo que separa los sedimentos y el aceite, luego el agua es dirigida a un pozo de infiltración.”, explicó.

En la escuela, abundó, el escurrimiento pluvial tratado es dirigido a un pozo subterráneo que se encuentra debajo de un patio de juegos; se empleó un sistema de tratamiento que utiliza la vegetación para frenar, filtrar y direccionar el escurrimiento de forma segura a través del terreno.

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