Buena alimentación, clave contra COVID-19
*Melchor García*
En el marco de la emergencia sanitaria generada por el COVID-19, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 70 por ciento de las enfermedades prevenibles pueden ser evitadas con una buena alimentación.
De acuerdo con el especialista de la Facultad de Medicina, Alfredo Jaramillo García, la realidad de salud que enfrentamos pone en evidencia las consecuencias de llevar una alimentación perniciosa, como muestra, las personas con obesidad están más expuestos a tener consecuencias fatales en caso de contraer el virus del COVID-19.
“Las personas con alguna comorbilidad están muriendo, es decir una mala alimentación llevada por años a esas poblaciones le está pasando factura.”, dice Jaramillo García.
Explica que es este el mejor momento de transformar los hábitos alimenticios de las personas en buscar de incidir hoy más que nunca en el peso y metabolismo de la población de cara difundir conocimientos que contribuyan a que la población tenga un mejor estado de salud.
“Esta emergencia nos debe llevarnos a modificar urgentemente el ambiente y cultura, de cara a modificar nuestros hábitos alimenticios y que estos a su vez contribuyan a hacer ejercicio, las familias deben ampliar su panorama y práctico sobre conducta alimentaria para poder incidir en su bienestar.”, puntualizó Jaramillo García.
Señala que es necesario analizar el impacto de las medidas económicas y comerciales en el consumo de alimentos, los efectos en la salud poblacional y la naturaleza como consecuencia del consumo de alimentos orgánicos y las tradiciones alimenticias contra la obesidad.
“Las consecuencias del alto consumo de azucares en metabolismo glucémico y carcinogénesis, la relación del jarabe de maíz de alta fructuosa con hiperuricemia y síndrome metabólico, así como las implicaciones de las dietas ricas en grasas y azúcares.”.
De cara a superar todavía la emergencia que nos golpea, dice, debemos comenzarnos a preparar a la próxima pandemia que nos golpeara buscando brindar recomendaciones nutricionales, entre ellas, el consumo de agua como un hábito sencillo y esencial para el bienestar, estrategias para fomentar el cambio en hábitos que permitan bajar de peso, así como promover la actividad física como complemento a una adecuada alimentación.
