Despachadores de gasolina, víctimas colaterales del desabasto
*Melchor García*
Josué Vargas Martínez es originario de Toluca, tiene 31 años y es padre de familia de dos pequeños, desde hace siete años es despachador de combustible en una de las estaciones de la capital mexiquense; hoy, frente al desabasto de gasolina que enfrenta el país, asegura que vive entre la incertidumbre, no sólo por no poder llevar el pan a casa, sino porque se pueda rescindir de sus servicios por la caída en la demanda de su actividad.
“Si el cliente está satisfecho, pues obviamente le da propina, hay veces que le da el servicio completo, pero ni las gracias dan, se van sin decir adiós.”, compartió.
Relata que nunca había experimentado un escenario parecido en una actividad que se centra en el trato con la gente y de la que se gana un mayor dividendo económico a partir de las propinas de los clientes; por lo cual, ante la contingencia que se vive las monedas que dejan, refiere, son cada vez menos por la molestia que experimentan los automovilistas.
“Ha sido muy complicado, muy difícil el tiempo que llegamos a tener combustible, no se les da servicio, solamente se les despacha cantidades racionalizadas, se les atiende de rápido la menor cantidad de vehículos posibles; entonces, es muy difícil decirle al cliente, hay clientes muy molestos, hay clientes que te dicen, pues que les vendas gasolina de más, el de atrás ya te está molestando. Ha sido muy difícil, la verdad.”, comunicó.
Relata que en una jornada normal, antes de la contingencia, podía ganar hasta 250 pesos en propinas; sin embargo, el día de hoy no reciben ni 50, ya que los usuarios llegan estresados y molestos, por lo que incluso los tratos hacia los despachadores son negativos, cuando ellos son uno de los eslabones más afectados en esta cadena productiva.
“No falta el que llega y te dice yo llevó largo rato formado y ya no me tocó, es que yo llevó tiempo y aquel se metió, es que ustedes lo dejan, y pues, entonces es muy difícil los clientes.”, concluyó.
Llama a los usuarios a ser pacientes con la situación y no caer en compras de pánico, pero, sobre todo, recordar que sin gasolina ellos no pueden trabajar y son un sector que en gran medida vive de las propinas.
