Industria de la moda la 2da más contaminante del mundo; llaman a un consumo responsable
*Redacción Diario Evolución*
La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo de acuerdo con la ONU, pues su impacto ambiental no se limita a la producción, sino que se extiende a la forma en cómo se lava las prendas en casa, y cómo las desechan.
Por su parte, el académico de la Universidad Autónoma del Estado de México (UNAM), Rogelio Omar Corona Núñez, indicó que esta industria tiene un sistema muy complejo, pues durante su ciclo de producción recicla poco y explota combustibles fósiles.
Sostuvo, que la extracción de materiales primas conlleva un costo ambiental significativo; la siembra de algodón, por ejemplo, va de la mano con el uso de pesticidas y fertilizantes perjudiciales para el suelo.
Añade que el agua también se contamina durante el proceso de producción, para luego ser desechada en ríos y mares; pero el problema no termina ahí, para su producción, trasladado y exhibición en centros comerciales continúan generando un consumo energético considerable.
Incluso al lavarse se sigue generando un impacto ambiental: “si decidimos utilizar lavadora o no, usar secadora o dejar las prendas al sol, al final, toda decisión tiene repercusiones”.
Datos de la ONU indican que cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo, y el rubro del vestido utiliza 93 millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.
El organismo advierte que, de continuar con el actual modelo de negocios, las emisiones contaminantes de la industria aumentarán en un 50% para el 2030, pues con modelo dominante de la “moda rápida” hay más desecho de ropa frecuente, por lo que el catedrático hace un llamando a la sociedad ha un consumo más responsable.
Pues asegura que la industria textil seguirá argumentando su forma de productor en las grandes tendencias de la moda y la publicidad para mantener sus prácticas de producción: “La idea es generar consumidores más responsables, con una visión ética de las afectaciones que se derivan. Esto aplica básicamente en todas nuestras tomas de decisiones cuando adquirimos un producto”, concluye Corona Núñez.
