Laguna de Almoloya del Río asalta parque ecoturístico, terrenos y canchas
*José Ángel Gutiérrez*
La Laguna de Chignahuapan, el otrora majestuoso manto de agua donde se gesta el río Lerma, causa trastornos a pobladores del municipio de Almoloya del Río, ya que lejos de gozarla, padecen su filtración de líquido contaminado y afectaciones al parque ecoturístico, terrenos y espacios deportivos.
A consecuencia de las constantes lluvias, pero también del descuido de los distintos gobiernos municipales, incluido al actual que encabeza Margarito Tejas Arcadio, un costado de la laguna muestra un triste panorama, especialmente en la llamada colonia La Campesina.
“Hasta tiene cerrado el acceso para los coches, mire nada más cómo se ha metido esa agua sucia hasta el área de juegos infantiles y estas canchas.”, decía don Gabriel, quien junto a su familia visitaba el parque ecoturístico, ubicado al final del Paseo Arboledas.
Se podía distinguir la anegación en canchas de futbol, cuya delimitación con Arboledas la forma un muro con herrajes, que entre sus espacios deja apreciar agua acumulada de extremo a extremo, inclusive, con lirio acuático que simula césped a la distancia.
En el extremo opuesto de la citada calle, los juegos infantiles son prácticamente inutilizables, ya que en su parte baja tienen agua, parte de ella producto de las recientes precipitaciones pluviales, así como otra porción allegada de las filtraciones de la Chignahuapan.
Un río artificial habilitado desde la inauguración del parque, con trayecto paralelo, a unos 10 metros de la calle, está copado de líquido contaminado. A lo largo del año es común observarlo sin agua, con hojas secas como parte de su contenido.
Entre la calle Heriberto Enríquez y Arboledas, en su tope con el acuífero, varias canchas destinadas a la práctica de baloncesto, están simplemente inservibles, ya que su plataforma de concreto se invadió con líquido, así como más lirio acuático.
En las inmediaciones de la calle Alamo y terrenos circunvecinos, el agua ha amagado con llegar las viviendas, aunque a la fecha ha dejado vestigios de fango con olor desagradable.
Así el entorno, en esta laguna, donde en antaño prevalecieron la caza, la pesca y el turismo, los espacios están negados no sólo a sus moradores, sino también a los visitantes, quienes son “vigilados” desde un módulo de policía abandonado y también rodeado de agua contaminada.
